miércoles, 7 de agosto de 2013

Capítulo veintiocho.



Capítulo veintiocho.
ANTERIORMENTE.
- Te quiero, Harry Styles.


Capítulo nuevo.
El corazón me aporrea el pecho a un ritmo incontrolable y las lágrimas caen sin cesar desde mis púpilas hasta mis sonrojadas mejillas. No es tristeza, no es decepción, no es nada de lo que avergonzarse... Simplemente es amor. 

- Te quiero –––– repito con timidez, mientras Harry apreta con fuerza sus manos contra las mías –––– Desearía con todas mis fuerzas no hacerlo de la manera en que lo hago –––– hago una breve pausa porque creo que el corazón se me va a salir por la boca e inhalo con brusquedad el invernal aire de este bosque –––– Porque hubiese sido mucho más fácil haberme acostado contigo y haber salido a la mañana siguiente a hurtadillas de tu habitación. Sin sentimientos, sólo... Bueno ya sabes, sólo... Sexo.

Humedezco mis labios y agacho mi vista intentando tranquilizarme, porque por si fuera poco, los profundos, penetrantes y preciosos ojos verdes de Harry no me quitan la vista de encima. Incrementando así todos mis nervios e inseguridades.

- Pero después me pregunto que quién estaría dispuesto a discutir conmigo a cualquier hora del día por una simple tontería, quién entendería mi cruel e inusual sarcasmo, y sobretodo mi muy habitual mal humor –––– sonrío entre sollozos al recordar todas nuestras discusiones, e intento seguir sin mirarle, ni siquiera de soslayo. No estoy preparada para ver su reacción –––– Me pregunto si alguien podría hacerme sentir tan querida, tan deseada y tan protegida como me haces sentir tú –––– murmuro y una amplia y dulce sonrisa ilumina mi rostro –––– Pero, sin duda, lo que más me preocupa es si lograré encontrar a algún apuesto desconocido que una noche entre en mi bar preferido, me encandile con sus magnéticos y embriagadores ojos verdes, se sienta terriblemente incómodo por el modo en el que miro su emblemático porte, y me pregunte "¿le puedo ayudar en algo, señorita?". Eso es... Verdaderamente preocupante.

Siento sus suaves dedos sobre mi barbilla, y tiemblo. Con mucha delicadeza me obliga a mirarle directamente a los ojos y entonces sucede, esa conexión magistral tan nuestra resurge y mi corazón bombea con rapidez. Tanta que parece que he corrido mil kilómetros del golpe.
Observo la dulce sonrisa que ocupa el rostro de Harry y tanto mi cuerpo, como mi mente se relajan. Está... Feliz.

- No eres el capullo que esperaba que fueras, Styles –––– susurro y me acerco a sus labios –––– Eres incluso peor. 
- Bueno es saberlo.

Sonríe y sus hoyuelos se atenúan más que nunca. Por el amor de Dios, esos jodidos hoyuelos aturden a cualquier mujer en un radio de un kilómetro. Y no exagero.

- ¿Ya has acabado?

Alzo las cejas confusa, parpadeo un par de veces, sin terminar de creerme su pregunta y niego con la cabeza balbuceando palabras sin sentido.
Él, y solo él puede hacer que mi humor cambie en cuestión de segudos, y he aquí un claro ejemplo de ello. 

Su pregunta está totalmente fuera de lugar. Además, acabo de decirle algo que llevaba semanas intentando que le dijera.
Por el amor de Dios, él era quien quería que aclarase lo que sentía por él y su respuesta es "¿ya has acabado?" ¿en serio?

Mis ojos se escandalizan al observar la sonrisa de Harry. ¿Qué demonios le hace tanta gracia?

- Pero qué cojon...

Antes de terminar la frase siento las cálidas comisuras de Harry sobre las mías. El calor de su piel alienta a la mía y navego en un sin fin de sensaciones, todas ellas sumamente placenteras. 
Separa apenas unos milímetros sus labios de los míos y siento su sonrisa contra mis comisuras. Su respiración entrecortada hace que las pulsaciones de mi corazón aumenten considerablemente, y este embriagador beso provoca que mis malhumorados pensamientos desvanezcan como una bocanada de aire fresco.
Sin duda es un capullo, pero uno con mucha suerte. 

Su mano aparta uno de los mechones de mi pelo, con delicadeza, como si acariciara a un bebé, pequeño e indefenso, y sus dedos se desplazan hasta mi cuello dejando en él un rastro de tentadores y suculentos círculos que provocan que mi cuerpo se tense, que el cabello de todo mi cuerpo se erice y que de mi boca salgo un leve y agudo gemido.
Oh, Harry, será mejor que no sigas por ese camino, si al final no acabamos los dos sobre tu cama.

Estiro mi brazo hasta coger el cuello de la chaqueta de cuero de Harry y lo vuelvo a acercar a mí.
Si se creía que ahí quedaría la cosa está bastante equivocado.
Ante la perturbadora sonrisa de Harry le doy un breve beso en los labios. Y otro, y otro más. El sabor de sus labios es sumamente exquisito y nunca jamás me cansaría de un sabor como ese.

Las manos de Harry se adentran con cautela por mi espalda. Están heladas, aunque no es precisamente así como siento mi cuerpo tras el contacto de su piel contra la mía.

Pestañeo y expongo una sonrisa inocente, de esas que sé que le vuelven loco. Luego levanto una de mis manos, acaricio con mi pulgar la comisura inferior de Harry y me muerdo los labios. 
Estoy casi segura de que si olvidáramos el hecho de que estamos en medio de un bosque y que el frío es insoportable Harry ya se habría quitado la ropa.

- Esta noche será una noche interesante.
- Quien dice que tengamos que esperar a esta noche –––– murmuro despacio, muy despacio. Dejando que Harry saboree cada una de mis palabras.

La mirada de Harry se oscurece al escuchar aquello y en su rostro aparece esa sonrisa lasciva que tanto adoro, pero sólo por unos segundos.

Algo ocurre dentro de la mente de Harry que hace que la tensión que teníamos hasta el momento se rompa en mil pedazos. Harry se levanta del suelo en el que se encontraba y vuelve a ocupar su sitio a un escaso metro de mí.

La diversión ha acabado, eso seguro.
Suspiro mentalmente y pongo los ojos en blanco.

- No hagas eso.
- ¿Hacer qué? –––– pregunto irónica.
- Ya sabes de lo que hablo, Maggie.

Resoplo.

- Sé que este debería haber sido un momento romántico, y lo era. El camino por el bosque, esta cena, mi declaración... Pero has sido tú el que lo ha ensuciado todo esto con tus gestos y tus miradas.
- ¿Yo? –––– pregunta con una sonrisa y chasquea la lengua unas tres veces –––– De eso nada. ¡Has sido tú!
- ¡Pero si he sido yo la que te he dicho que te quiero!  –––– murmuro e intento parecer ofendida.
- Yo en su momento también te dije que te quería, Maggie.

Su mano se aferra a la mía, y yo trago saliva.

- Lo sé –––– susurro.
- Y también fue romántico.
- Lo sé –––– vuelvo a susurrar.

Cada vez que él me mira de esa manera mi cuerpo se encoge de una manera bestial. Me deja aturdida, sin habla y con la boca muy, pero que muy seca. Y eso es algo que nunca, en toda mi vida, me había pasado con nadie. Ni siquiera con Zayn. Ningún hombre consiguió causar ningún efecto tan perturbador como el que me causa Harry con sólo una mirada.

Me levanto, sin saber muy bien lo que estoy haciendo y me siento sobre sus piernas. Poso mi cabeza en su hombro y mis manos alrededor de su definida cintura. Podría quedarme así eternamente, sin problemas, sin antiguos novios, sin "amigas", sin absolutamente nada, sólos el y yo.
Mmm... Pagaría por un mundo así.

- Te quiero.
- Lo sé.

¿Podrías dejar de decir "lo sé", Maggie? Pareces una jodida gilipollas.

- ¿Lo sabes?
¿Eso es una pregunta con trampa, señor Styles? –––– murmuro sonriente, todavía sobre su regazo.
- ¿Eso es una respuesta con trampa?
- Puede.

Ambos nos reímos. Y seguimos en la misma postura, aunque Harry ha puesto una de sus manos alrededor de mi espalda y la otra agarrando mis piernas.
Yo lo abrazo con más fuerza, ronroneo en su cuello, y le beso detrás de la oreja. Uno, dos, hasta tres veces. Es tan tierno y tan adorable que podría pasarme el día dándole besos sobre todo su cuerpo.
Sonrío al pensarlo.

- ¿Qué le hace tanta gracia, señorita Maggie?

Cuando me llama de esa forma, juro que siento como tiembla todo mi cuerpo.

- Nada que le afecte de manera negativa, señor Styles –––– murmuro entre risas.

En cierta parte tengo razón. No creo que Harry se negara a que le besase hasta no sentir mis labios por todo su esplendoroso cuerpo.
 
- Maggie... –––– susurra y hunde la nariz sobre mi cabello e inspira profundamente –––– Tengo que contarte una cosa... –––– da unos besos sobre él y sonríe.

Mi corazón se acelera al escuchar sus palabras. Por favor, que las sorpresas paren de una jodida vez por todas.





Narrado por Zayn.
- ¿Buscas al alguien, Zayn?

Su pregunta me coge desprevenido, y desgraciadamente no puedo ocultar mi sorpresa.

- Nunca en mi vida te había visto tan raro y distante conmigo.
- Dado que "tu vida" quiere decir un par de meses, no me preocupa. No todos los días el Sol sale por el mismo sitio.
- ¿Se puede saber de qué hablas? –––– murmura molesta.
- Nada... Simplemente estoy cansado y estoy delirando. Supongo.
- Mmm... –––– Perrie se acerca seductora a mí  –––– Podríamos subir a nuestro cuarto... Ya sabes a repetir lo de anoche.
- No lo creo.
- Zayn –––– hace una breve pausa –––– Hoy estás insufrible –––– responde ofendida y con mucho mal humor –––– Cuando te des cuenta de que has sido un completo imbécil conmigo ven a buscarme. Aunque sinceramente, puede que cuando te des cuenta ya sea demasiado tarde.

Perrie se levanta del sillón con los ojos llorosos y se dirige hacia la terraza.
Como sino tuviera bastantes cosas en las que pensar... 

Suspiro.

Me derrumbo sobre el sillón y me echo las manos a la cabeza. Maggie, deberías salir de una vez de mi cabeza, más bien tus duras palabras deberían salir de una puñetera vez de mi cabeza. 
Vuelvo a suspirar.

¿De verdad su corazón le pertenece a él? ¿Incluso después de haber vivido todo lo que vivió conmigo?
No lo creo. Sería como si hubiese perdido y yo nunca pierdo. Nunca.

- Eres el mejor –––– murmura una voz aguda y melosa a unos escasos metros de mí.
- Suelen decirmelo.
- ¿Quiénes? –––– susurra alzando sus cejas, y pone sus brazos en jarras.

Él la abraza y besa su cuello interminables veces, y ella por fin cede ante él y se ríe.

- Mis múltiples "amigas".
- Por un momento llegué a pensar que eran mis "amigos" quienes te lo decían.
- Muy varonil por su parte.
- Todos mis "amigos" son muy, pero que muy varolines. De esos que hacen que se te caigan las bragas al verlos.
- Pero ninguno puede hacer esto... –––– murmura mordiendo el lóvulo de su oreja –––– Ni esto... 
–––– Harry acaricia su cuerpo desde un poco más arriba de su cintura hasta sus piernas.
- No. Sin duda, ninguno tiene ese privilegio.

Ambos sonríen, y a mí mi estómago no para de darme pinchazos. Esta relación está más avanzada de lo que yo esperaba. Nunca creí que Harry fuera el tipo de hombre de Maggie, y si lo hubiese sabido nunca hubiese echo aquella ridícula apuesta.

Suspiro agotado, cuando un mensaje hace que las esperanzas vuelvan a mí en cuestión de segundos. Esta dulce y tierna relación no lo será tanto cuando desvele la información que acaban de transmitirme. 

Maggie volverá a ser mía.
La lucha va a ser sangrienta y muy sucia, pero la recompensa será tan satisfactoria que no me importarán las consecuencias. Eso lo tengo muy, pero que muy claro.
Zayn, ha vuelto.





Narrado por Maggie.
Siento los cálidos brazos de Harry alrededor de mi cintura. Me abraza con fuerza y deja un rastro de besos por mi cuello. Siento casi de inmediato como mis piernas flaquean ante este gesto.

- Tengo unos planes especiales para esta noche... –––– murmura con la voz más sensual que he escuchado en toda mi vida. ¿Es normal desear incluso su tono grave y sensual tono de voz?
- Creo que puedo intuir que clase de planes tiene en mente, señor Styles.

Me mira fijamente a los ojos, y por un momento, o quizá durante una eternidad, le sostengo la mirada inquieta y ardiente, pero al final centro la atención en su perturbadora y exquisita boca.

- Tengo unas cosas pendientes –––– susurra sonriente y me da un beso en los labios –––– Pero después seré todo tuyo, ¿vale?

Asiento, me acerco a él.
Con un brazo me sujeta, pegada a él, y con los dedos de la otra mano me recorre suavemente la cara para dejarme con muchas más ganas de él. Quiero sentir su boca en la mía.
Y por eso me muerdo los labios y lo beso. Mi lengua acaricia tímida y placenteramente la suya.

- ¿Está es la recompensa por el día de hoy? –––– pregunta burlón.
- No, –––– susurro despacio. Humedezco mi labios y expongo una sonrisa lasciva –––– La recompensa –––– me acerco al lóbulo de su oreja –––– La tendrás esta noche.
- Maggie... –––– su lengua acaricia mi nombre, y el corazón se me dispara –––– Como sigas así no podré dejarte sola.
- No tienes por qué hacerlo... Es más, podríamos seguir esta conversación en la cama, si lo prefieres.
- Estás jugando sucio.
- Puede.

Los músculos del cuerpo de Harry se tensan y sus ojos reflejan un brillo especial. Está sexy, muy sexy.
Al observalo el deseo, un deseo caliente e intenso, me invade el vientre.

- Esta noche no te me escaparás y menos después de esto. Te buscaré por todos los malditos rincones de esta casa y te haré todas y cada una de las cosas que tengo pensada hacerte.
- Estaré encantada de que me encuentres y me hagas todas y cada una de esas cosas que tienes pensadas hacerme.

Harry con una sonrisa lasciva y los ojos totalmente oscurecidos roza suavemente mi comisura inferior, después posa sus manos alrededor de mi cintura y me besa. Siento su cálido beso muy dentro de mí. Su lengua juguetea con la mía y lentamente separa sus labios de los míos. Sonríe y me aúpa en sus brazos, yo enredo mis pies en su cintura y él agarra con fuerza mi trasero.
Su ritmo aumenta en cuestión de segundos y yo me dejo llevar. Me besa, una y otra vez, sin parar, dejándome casi sin aliento. Me muerde la comisura inferior y se aparta lenta y exquisitamente de mis labios.

- Te buscaré.
- Por todos los malditos rincones de esta casa –––– repito con una sonrisa de oreja a oreja sus palabras.

Harry deposita un último beso en mis labios antes de bajarme de entre sus brazos. Retrocede unos pasos, clava su mirada verde y profunda en mí y se muerde las comisuras.

Por alguna razón me arden las mejillas, y me siento extrañamente aturdida. No recuerdo cuanto tiempo hacía desde la última vez que algún hombre provocaba esto en mí.
Elevo de nuevo mi rostro, sabiendo que la mirada de Harry ya no está posada sobre mí, y observo, en silencio, como desaparece completamente de la habitación.

Cuando por fin estoy sola recupero mis funciones cognitivas y vuelvo a conectar con el resto de mi cuerpo. 
Es tan exasperante saber que voy a tener que esperar hasta esta noche para verlo otra vez.

Suspiro, cuando siento que alguien a unos pocos metros de mí empieza a aplaudir. Confundida observo a la persona cuyos aplausos han echo vibrar las membranas de mis delicados tímpanos.

- Bravo.
- Zayn...
- No, en serio. Mag –––– murmura levantándose del sillón. Se acaricia su barbilla y ladea su cabeza de un lado para el otro con una sonrisa victoriosa. Creo que me he perdido algo –––– Increíble. Te prometo que has estado cerca de que me creyera toda esta mierda de Harry. Aunque, desgraciadamente, no lo bastante.

¿De qué demonios está hablando?

- Nunca creí que lo tuyo fuera la interpretación.

Alzo mis cejas confundida y mi vena del mal humor se hincha hasta estallar por completo. No estoy dispuesta a estar de nuevo en medio de uno de sus juegos.

- Ya, bueno, una con el tiempo aprende muchas cosas.

Pongo los brazos en jarras y los ojos en blanco.
Zayn, por su parte, chasquea la lengua varias veces seguidas, mira a su alrededor comprobando que no hay más gente en la sala y se acerca a mí. 

- Maggie, Maggie, Maggie... –––– sus dedos rozan mi cara, y mi estómago se encoge.
- Creo que te equivocas de persona, Zayn –––– murmuro apartando su mano de mi rostro y dando un paso hacia atrás –––– Ya hablamos de todo esto antes. Así que lo mejor será que cada uno siga su camino.

Avanzo unos pasos algo aturdida por la situación.

- No creo que tu camino esté muy distanciado del mío.
- ¿Y qué te hace estar tan seguro? Vamos, lúcete –––– murmuro con seriedad.
- La información que manejo entre mis manos.
- ¿Podrías de una vez por todas dejar de hacerte el maldito interesante y decirme de qué demonios va todo esto? –––– alzo la voz y me acerco a él, ardiendo en furia –––– ¿Podrías? ¿O es demasiado para tu ego varonil? –––– hago una breve pausa y le miro fijamente. Está sonriendo, no puedo creer que esté sonriendo –––– Después de todo veo que no has cambiado nada, y que la persona comprensiva y vulnerable que me mostraste antes era otra de tus sucias artimañas.
- Te sorprendería todo lo que nos parecemos, Mag.
- Sorpréndeme, vamos. Saca tu artillería más pesada.

Zayn ladea su cuerpo de un lado para otro sin dejar de tocarse la barba y sonríe.
La bomba está a punto de estallar.

- Apuestas, Mag. No sabía que te seguían interesando tanto las apuestas.

Y mi corazón se heló nada más escuchar aquellas palabras. Lo sabía. Por el amor de Dios, claro que lo sabía.

Capítulo veintisiete.



Hello girls. Vengo a recomendaros una novela ajsfndcmdid. La de mi amiga Lauriiiii @thisisoursecret http://iloveoursecrets.blogspot.com.es 
Aparte dedico el capítulo a @ines_smileface porque es su cumpleeeee. Happy, happy birthday girl.
A todas os adoro muchísimo. En serio. Gracias por recomendarme por twitter y eso. Sois adorable.
Espero que os guste.
Si tenéis alguna pregunta o algo. www.ask.fm/itstimetobemine ya sabéis preguntad/comentad sin miedo.
¡Y gracias por leer!


Capítulo veintisiete.
ANTERIORMENTE.
Besa mis labios por última vez y se levanta de la cama de un solo movimiento.

- Vamos, nena. Deja que te muestre como enamoramos los chicos de Cheshire a los pececillos como tú.


Capítulo nuevo.
- ¿A los pececillos como yo? –––– murmuro y pongo mis manos en jarras. 

Intento parecer indignada o por lo menos molesta. Aunque por más que lo intento, actúo fatal. ¿Dónde ha quedado mi parte de actriz? Esa que podía fingir cualquier cosa, en cualquier momento.
Suspiro.
Supongo que quedó aparcada junto con toda mi vida pasada. Harry definitivamente me ha cambiado.

Siento su descarada mirada sobre mí, por eso, alzo la vista y me dispongo a observarlo.
Sus ojos verdes penetran en los míos de una manera realmente exquisita, luego forma una ligera curva con sus labios y sonríe travieso. Los hoyuelos que se le forman son sumamente preciosos.

Se acerca con sigilo, subiéndose a la cama a horcajadas. Gatea hasta mí y vuelve a sonreír.

Oh, ha llegado el Harry juguetón.

Se lame el labio inferior con intenciones de besar mis suculentas comisuras. Pero de inmediato pongo las manos sobre mi boca.
Niego con la cabeza varias veces, ladeándola de un lado para el otro, y me río nerviosa. Como si fuera una niña pequeña.

- Tú... –––– susurra y aparta uno de mis mechones de mi rostro. Lo agarra con suavidad y lo pone detrás de mi oreja con sumo cuidado –––– Eres... –––– sus dedos recorren mis mejillas, y bajan hasta mi cuello. Sin darme cuenta abro la boca en forma de o y sigo mirándole expectante –––– Mi único pececillo, ¿entendido?

Desliza sus dedos hasta mi mentón y me obliga a acercarme a él.
Esta poca distancia que nos separa provoca que mi respiración de pronto se vuelve entre cortada.

Asiento con la cabeza varias veces.

- Sí –––– susurro casi sin voz. Es lo único que consigo decir. Y al instante destapo mi boca, dejando así que mis labios se fundan con los suyos. Soy toda tuya Styles.





- ¿Y bien?

Giro mi rostro hacia el suyo. Y lo miro con frialdad.

- ¿Bromeas? –––– pregunto molesta.
- Dar vueltas por el bosque es romántico.
- Si olvidáramos el hecho de que estamos perdidos probablemente.

Harry expone una cálida sonrisa, y siento como se acerca a mí. Los dedos de Harry, de pronto, se entrelazan con los míos. Yo también sonrío, aunque intento ocultarlo.

- ¿Tampoco te ha gustado el paseo en canoa?
- Eso ha sido... Curioso.

No es del todo mentira.
Al principio fue divertido, incluso romántico, pero a medida que nos alejábamos de la casa de Jake la situación fue cambiando. El viento soplaba cada vez más fuerte, y tenía la ligera sensación de que de un momento a otro íbamos a caernos. El agua parecía tan helada... Podríamos habernos congelado en el lago por culpa de la descabellada idea de Harry de dar una vuelta con la canoa.

- ¿Puedo confesarte algo? –––– susurra en mi oído.

Asiento con mi rostro y lo contemplo. Observo su flamante figura, y su arrebatadora belleza.

¿De verdad todo esto es mío?
Sonrío para mis adentros. Soy muy afortunada.

- Eres la primera chica a la que traigo a este bosque.
- Mmm...

Suelto una risa que retumba por todo el bosque.
Harry posa su mano sobre mi hombro y yo las mías alrededor de su cintura. Abrazándolo.
Cuando estoy entre sus brazos siento como si estuviera en casa. Como si ese fuera realmente mi hogar. Y, sin duda, no me importaría que lo fuera.

- ¿Debería considerar eso como algún tipo de halago?
- Viniendo de mí, por supuesto.

Corrigo, soy la mujer más afortunada del mundo.



Caminamos en silencio durante un largo tiempo. Aunque no paramos de lanzarnos miradas cómplices.
Le miro de reojo, aparto mi vista y siento la presencia de su mirada sobre mí, entonces vuelvo a mirarle y observo como él también lo está haciendo. Nos reímos.
Su risa es una suave melodía que no pararía de escuchar nunca.

- Tengo una pregunta que me quemará la garganta como no te la diga ya.
- Dispara –––– murmuro.
- Es que... Joder... Es sobre Zayn.

Paro en seco. Trago saliva y agacho mi rostro bajo la escrutante mirada de Harry. No sé donde va a parar todo esto, y eso realmente me asusta.

- Maggie, mírame –––– coge mi rostro y lo eleva unos centímetros. Mi mirada vidriosa se cruza con la suya tensa –––– No te la haré ahora sino estás preparada. Pero quiero que comprendas que necesito saber algunas cosas para avanzar con lo nuestro.

Asiento menos nerviosa y expongo una sonrisa algo forzada.

No sé lo que siento por Zayn ahora mismo, y después de la conversación en el baño lo tengo aún menos claro.
Resoplo.

Y yo que me había prometido a mí misma no tocar el tema de Zayn...
Pues por más que lo evite nuestra conversación vuelve a mente.




- Zayn, ya he escuchado suficiente.

Apoyo mis manos sobre el váter y me levanto. Doy un par de pasos hasta el espejo.
Me lavo las manos mientras veo mi reflejo. Toco mi estómago levemente. Estoy mucho más delgada, ¿cuánto habré perdido en toda esta semana? ¿Cuatro? ¿Seis kilos? Y mi rostro... Dios. Estoy tan pálida.
Agacho mi cabeza. Ya ha sido suficiente por hoy. No creo que pueda aguantar mucho más si sigo contemplándome en el espejo.

Me seco las manos y sin mirar en ningún momento a Zayn cojo el pomo de la puerta.

- Maggie...

Siento como posa su mano sobre mi brazo, pero la aparto de inmediato. ¡No! ¡Basta! No me merezco todo esto.

- Por favor...
- ¡Me dejaste! –––– grito furiosa. En nudo que tengo en la garganta aumenta exageradamente de tamaño, hasta romperse del todo, haciendo que unas cuantas lágrimas broten desde mis púpilas. Él no se merece verte llorar, Maggie, por el amor de Dios, para. –––– ¿¡Qué se supone que debería hacer ahora!? ¿Dejar a Harry por ti? ¿Hacer como sino hubieses preferido a Perrie antes que a mí? Dime, Zayn. Quiero una respuesta, y la quiero ya. No vas a tener más oportunidades para hablar de esto conmigo, porque estoy agotada física y mentalmente –––– murmuro casi sin aliento –––– Zayn, no puedo más con esto. Estás sobrepasando mis límites...
- Tenía miedo, ¿vale? –––– alza la voz más de lo debido, y no para de hacer aspavientos con las manos –––– No era normal lo que estaba sintiendo por ti, Maggie. Nunca en mi vida... –––– susurra y coge mis manos. Yo me dejo llevar por unos segundos –––– He sentido lo que sentí por ti, Maggie. Me llenabas de todas las maneras posibles. Y ahora tengo un vacío aquí... –––– se toca el pecho –––– Que no sé como cojones llenar.

Sus ojos parecen sinceros, pero...

- Te echo de menos, Mag.
- No, Zayn. No me echas de menos –––– murmuro girando el pomo –––– Simplemente es que no puedes aceptar el echo de que algo que antes eras tuyo ahora le pertenezca a otro.
- Hablas de ti como si fueras un objeto. No le perteneces a nadie, Mag.
- No hablo de mí. Hablo de mi corazón, le pertenece a él. Estoy enamorada de Harry.





Resoplo.
Vuelvo a mirar a Harry.
No me arrepiento de haber dicho aquello, porque es cierto. Pero hay algo en mi interior que me dice que me estoy equivocando. Y realmente me gustaría saber el por qué.

Harry me mira de reojo y me saca la lengua. Es tan infantil, pero a la vez tan tierno, que no puedo resistirme a no darle un beso.
Sus labios se acercan a los míos y yo sonrío. Le beso con dulzura.
Sin duda, he echo la elección correcta. Harry es muchísimo mejor para mí.

Los minutos pasan mientras caminamos. Los sonidos relajantes del campo y los de sus bellas criaturas, peligrosas o no, todavía no lo tengo muy claro; son los únicos ruidos que se escuchan en estos momentos.
La voz de Harry interrumpe aquel silencio.

- Vamos por aquí, creo que conozco un atajo. Es todo recto hacia la derecha –––– señala unos matorrales.

Me paro en seco y lo miro alzando una de mis cejas. No estoy del todo segura de que conozca esto tan bien como él cree.

- ¿No confías en mí, pececillo?

Me muerdo el labio y niego con la cabeza. Él sonríe y cruza sus brazos.

- ¿Y qué sugieres?
- Mmm... Ya que me lo preguntas –––– murmuro sonriente –––– Creo que la mejor opción es ir todo recto hacia la derecha. ¡Vamos o te perderás! –––– alzo la voz y comienzo a correr por donde ha indicado antes Harry.

Él viene detrás de mí. Corriendo a gran velocidad. Sus pasos son tan ligeros que por momentos pienso que me puede adelantar. Giro mi rostro un par de veces para comprobar que hay distancia entre nosotros.
Vuelvo a mirar hacia mis espaldas, cuando me doy cuenta de que solo unos centímetros nos separan. Mierda.

- Te he pillado.

Los brazos de Harry se adaptan a mi cintura, sus manos me agarran con fuerza y me elevan unos centímetros del suelo. No puedo parar de reírme, y, aunque, intente librarme de él, me es imposible.
Harry da unas vueltas conmigo cogida, y segundos después me deja caer al suelo suavemente. Doy un giro de ciento ochenta grados y nos encontramos frente a frente.

Con la respiración entrecortada por la pequeña carrera me acerco a él. Harry acaricia mis sonrojadas mejillas y sonríe. Después pasa uno de sus dedos por mi comisura inferior.

- Me encantan tus labios –––– murmura sin aliento.
- A mí me encantas tú, pececillo.

Harry sonríe con esa embriagadora sonrisa suya.
Me acerco a su boca y le muerdo el labio inferior. Tirando de él hacia mí. Sonrío, y le beso. Sus comisuras tocan las mías con suma dulzura. Introduzco mi lengua en su boca y acariciando la suya me dejo llevar.
Su manera de besar es simplemente exquisita e insasiable.

- Creo que se ha equivocado de camino, señorita Maggie. Aunque, sin servir de precedente, besa usted muy bien.

Una vez más Harry sigue siendo incorregible.
Me doy la vuelta y compruebo que no estamos ni por asomo cerca de la casa de Jake. Pero a unos metros hay un pequeño camino, lleno de... Pero qué demonios.
Miro a Harry sin saber qué decir.

- ¡Sorpresa!

Harry me proporciona un cálido beso en mi mejilla, me da la mano y me guía.

Trago saliva. No. No me lo puedo creer.
Hay un largo camino de madera por encima del lago cubierto por pétalos de rosas rojas, decorado totalmente con velas (algunas de ellas apagadas, por la ráfaga de viento que sacudió antes).
Camino despacio, con el corazón a mil por hora.
¿Todo esto lo ha preparado... Para mí?

Al final del pequeño camino flotante hay... Hay una mesa. Rodeada también por pétalos. Hay dos copas, y una cubitera con uno de los champanes más caros que he visto en mi vida. 

Mis piernas se tambalean al ver todo aquello.
Harry tremendamente orgulloso me acompaña hasta mi asiento. Me aparta la silla como un caballero y deja que me siente. Realmente lo necesito después de ver todo esto.
Cuando dejo caer mi cuerpo sobre la silla, Harry se pone de rodillas en el suelo.

- ¿Ha mejorado esto el paseo? –––– susurra y me besa la mano.
- Considerablemente –––– creo que he perdido mi voz.

De nuevo ese nudo agobiante en mi garganta.
No llores, Maggie. No... Joder.
Las lágrimas brotan desde mis púpilas. Esto, sin duda, es la mejor muestra de amor que he han echo nunca.
Tapo mis ojos avergonzada. Harry me abraza, y entre sus brazos sollozo.

Siento como hunde su cara en mi cuello. Aspira mi aroma y sonríe.

- Harry...
- Dime, pececillo.

Elevo mi rostro y lo miro a los ojos. Ese brillo... Oh, Dios, ese brillo en los ojos hace que mis piernas flaqueen, y que las mariposas de mi estómago revoloteen en todos los sentidos posibles.

- Gracias –––– murmuro.

Harry limpia las lágrimas que quedan por mis mejillas, cuando agarro sus manos con fuerza. Desde sus muñecas puedo comprobar que su corazón también está terriblemente acelerado.
Entrelazo mis dedos con los suyos, y siento esa conexión. Nuestra conexión.

- Te quiero, Harry Styles.

lunes, 29 de julio de 2013

Capítulo veintiséis.




Bien girls, este capítulo para mí es muy especial, y ya descubriréis de lo que hablo cuando lo hayáis terminado. Nunca en mi vida he escrito nada así, so, espero que lo tengáis en cuenta en vuestros comentarios.
Recordaros que prefiero que me pongáis aquí los comentarios, y deciros una pequeña cosa. Si en este capítulo no recibo más o menos cuarenta comentarios dejo la novela. Uno porque cuando la tenía en twitpic comentaban muchísimos más y dos porque me ocupa mucho tiempo como para que no la lea nadie. Así que recomendársela a vuestros amigos, perros, vecinos, no sé. Y si sois lectores fantasmas también comentad pls.
Muchos besitos. Os quiero.


Capítulo veintiséis. 
ANTERIORMENTE.
La adrenalina se me está subiendo a la cabeza. Corro por todos lados, sin rastros de ella.
 
Salgo a la terraza, ahí fue donde la ví por ultima vez, y para mi sorpresa está, pero no sola. Parece que la mañana va a ser más interesante de lo que esperaba.


Capítulo nuevo.
Maggie parece nerviosa y tremendamente incómoda. Suspira varias veces y se rasca la nuca como sino supiera cómo actuar ante él, ante aquella delicada situación.
Zayn, por el contrario, parece disfrutar bastante de la conversación. No para de mirar de arriba a abajo a Maggie y, aunque no lo culpo, debería, por su bien, dejar de hacerlo.
De pronto se humedece los labios, se toca el mentón y sonríe. No sé por qué, pero mi respiración de buenas a primeras se vuelve entrecortada.

'¿Acaso estás celoso, Harry?' Pregunta mi subconsciente.

Niego con la cabeza repetidas veces ante mi descabellada pregunta. Nunca he sido un hombre celoso, y por supuesto, esta no va a ser la primera vez que lo sea.

Maggie en algún sentido y de alguna forma me quiere. A mí. No a Zayn. O eso espero.

- Hola, Harry ––– murmura una voz aguda y melosa a centímetros de mí.

Aparto mi vista durante unos segundos y observo a la mujer que tengo delante. Oh, no. Ella no.




Narrado por Maggie.
- ¿Por qué miras para todos lados como si fuera un psicópata y no quisieras que te vieran hablando conmigo, Maggie?

Sonrío al escuchar su comentario. Y niego con la cabeza sin apartar la sonrisa de mi rostro. Sigue siendo el mismo Zayn de siempre.

En un momento siento como Zayn se acerca más a mí y coge mis manos. Sus dedos se entrelazan con los míos.
Lo miro con seriedad, sin saber qué hacer, ni qué decir. ¿Qué demonios intenta?

- Zayn...
- Mag, solo te he cogido las manos. Cuando salíamos juntos hacíamos cosas muchos peores –––– murmura con una sonrisa pícara en su rostro.

¿A qué diablos está jugando? ¿Y por qué ha vuelto a llamarme de esa manera?

- Tú mismo lo has dicho, cuando salíamos juntos. Ahora estamos en una situación completamente diferente, Zayn.

Suelto sus manos incómoda, y cruzo mis brazos.
De pronto siento una punzada en el estómago. ¿Quién es la chica con la que está hablando Harry?

- Seamos serios por un momento Mag. Quiero preguntarte una cosa –––– Zayn clava sus ojos marrones en los míos y creo que empequeñezco por momentos. No sé cómo aún puede causar ese efecto en mí, pero prefiero dejar esa cuestión al margen.

Vuelvo a mirar de reojo a Harry. La Barbie que está a su lado parece que le conoce bastante bien. Le agarra por su brazo y se ríen como si fuesen viejos amigos. Aunque podría descartar el término amigos.
Me atrevería a decir que son viejos conocidos con ciertos derechos privilegiados. Derechos que por supuesto, a día de hoy, se habían acabado.

- ¿Tan malo fui como pareja?

La pregunta me pilla tan desprevenida que mis ojos se abren como platos. Parpadeo varias veces, y me muerdo el labio inferior.
Dejo a un lado los espeluznantes pensamientos acerca de la antigua relación entre la Barbie y Harry y poso mi mirada sobre los ojos de Zayn. Que parecen brillar más de lo normal. Me pregunto, ciertamente, el por qué.

- Mmm... ¿Prefieres una dulce mentira o simplemente la verdad? –––– Zayn vacila ante su respuesta. Ni él mismo sabe lo que quiere ahora mismo.
- Las dos opciones son bastante suculentas, pero me decanto más por la amarga y aplastante verdad.
- Oh –––– murmuro sorprendida –––– Entonces tengo que decirte que dejaste mucho que desear como pareja.

Zayn no deja de mirarme estupefacto. Aunque con algo de curiosidad, creo.

- Vamos, me dejaste por otra. ¿Qué se supone que debo decirte? ¿Que fuiste el novio perfecto y que fui la mujer más feliz del mundo a tu lado?

Niego con la cabeza. Y Zayn arruga su nariz resignado.

- Fue muy poco caballeroso por mi parte.

Vuelvo a sonreír divertida. Después de todo creo que no le guardo ningún rencor, al menos a día de hoy.

- Sí que lo fue.
- Tuviste que pasarlo fatal...
- No creas que tanto –––– miento.

Trago saliva. Y miro hacia otro lado para intentar calmar mis nervios, pero, para colmo, la Barbie acaba de coger la gorra de Harry, ¿qué se supone que está haciendo? Sé la está poniendo ella. ¡Vamos Harry, haz algo!
Vuelvo a tragar saliva y siento como mi corazón aporrea mi pecho a un ritmo frenético.

- Mag... ¿Estás bien? –––– pregunta Zayn como si realmente estuviera preocupado por mí.
- En primer lugar no vuelvas a llamarme Mag, ¿vale? Cuando me llamas de esa manera recuerdo cosas de las cuales ya creía haber pasado página y en segundo no. No lo estoy. ¿Podrías... Podrías acompañarme un momento al baño, por favor?




Narrado por Harry.
- Megan, devuélveme la gorra. ¿Por qué cojones te la has puesto?

Por un momento me mira con mala cara y protesta al devolverme la gorra. Me la pongo, con rápidez, y le doy la vuelta. Dejando que la visera de mi gorra se encuentre a espaldas de mi frente. 

- ¿Desde cuándo eres tan aburrido, Harry?
- Desde que comprendí que chicas como tú no merecen la pena, Megan. Ahora si me disculpas, tengo mejores cosas que hacer.
- ¿Cómo cuáles? –––– murmura indignada.
- Darle una sorpresa a mi novia, por ejemplo.

Aparto con delicadeza a Megan de mi camino. Ella no era buena para mí, realmente ninguna chica ha sido lo bastante buena para mí, hasta que llegó Maggie. Sin duda, ella fue quien cambió todas las mierdas con las que me rodeaba.

Hablando de Maggie. ¿Dónde diablos está?
Contemplo en silencio la terraza. Ha bastante gente, pero ni ella, ni Zayn están entre la gran multitud.
Muerdo mi labio inferior, descargando toda mi rabia en él. Lo hago tan fuerte que creo que me he abierto una herida en mis comisuras. Paso la lengua por mi labio y limpio el pequeño rastro de sangre que han dejado mis dientes.

Tengo que buscarlos de inmediato. Es hora de saber qué está pasando entre ellos.




Narrado por Maggie.
- ¿Estás mejor, Maggie?
- ¡Te dije que me esperaras fuera, Zayn, joder!

Respiro con dificultad y observo de nuevo la taza del wáter. No me puedo creer que haya vomitado.
Apoyo mis manos en el suelo e intento levantarme. Un intento que queda en vano. He perdido la poca fuerza que tenía en mi cuerpo.
Seco mis lágrimas y suspiro. No sé realmente por qué lloro. Si por recordar lo capullo que fue Zayn y jodidamente mal que lo pasé cuando rompió conmigo, o por como se trataban Harry y la Barbie. Me pregunto si aún queda algún tipo de conexión entre ellos.

Relamo mis labios. Y suspiro. 

Briggit no puede enterarse de esto. Esto no ha sido más que un pequeño desliz. No sucederá jamás.
O eso me quiero prometer a mí misma.
Siempre que me pongo nerviosa me da por vomitar y ella procura calmarme y dejar que las ganas de hacerlo pasen. Pero esta vez, al no tenerla a mi lado y con toda esta presión sobre mí... Me ha sido imposible.

Sin darme cuenta Zayn consigue abrir la puerta. Me observa con los ojos abiertos, sin poder creer lo que está viendo. Parpadea tan rápido que incluso me mareo al verlo.

- ¿Has... Has vomitado?
- Solo me encontraba mal. Eso es todo –––– murmuro con un hilo de voz. Pero los enternecedores ojos de Zayn no paran de mirarme con preocupación –––– No me mires así, por favor.
- ¿Cómo? ¿Cómo se supone que te estoy mirando?
- Como si te importara lo que me pasa.

Zayn se agacha y se pone a la misma altura que yo. Coge mi mano y la besa con dulzura. ¿Por qué hace esto? 

- Puede que haya sido un completo gilipollas en el pasado, Maggie. Y no sabes cuanto me arrepiento de ello. Solo quiero arreglarlo. Ayudarte.
- ¿Y por qué ahora? ¿Tienes mal karma o qué? –––– susurro –––– Estuve meses sintiéndome como una completa basura. Y ni siquiera tuviste la decencia de llamarme para saber cómo estaba –––– balbuceo.

Pongo las manos sobre mi frente. Creo que mi cabeza va a explotar de un momento a otro. Ojalá todo  resultara más fácil, por lo menos para mí.

- ¿Crees que no soy consciente de lo asqueroso que soy? ¿De lo mal que me porté? Por el amor de Dios Maggie, claro que lo sé. Pero me era imposible hablar contigo. No... No podía hacerlo.

Y fue entonces cuando su tono de voz cambió. Parecía terriblemente arrepentido.
Miré fijamente a Zayn a los ojos, y éstos mostraban la misma sinceridad que sus palabras.

- ¿Por qué, Zayn?
- Porque si volvía a escuchar tu voz lo hubiese dejado todo atrás y hubiese vuelto contigo. Por eso.




Narrado por Harry.
- ¿Has visto a Zayn, Jake?

Mi amigo niega con la cabeza y sigue bailando junto con dos chicas. Él si que sabe divertirse, sin preocupaciones, sin estrés... Dios. En parte añoro esa vida, aunque no volvería atrás jamás. Maggie es, sin duda alguna, lo mejor que me ha pasado.

Resoplo y gruño para mis adentros. Cómo es posible que nadie los haya visto por ningún sitio. ¿Cómo, joder?

Una pequeña parte de mí está insegura. Y si... Dios, no quiero pensarlo.
Necesito un trago antes de seguir buscando a Maggie.

Camino hacia la cocina pensando en qué voy a decirle a Maggie nada más verla. Joder, estoy enfadado. ¡Qué digo! Furioso. Sí, furioso. ¿Por qué se va con Zayn sin decirme nada? Sé que no es un objeto y que no me pertenece, no me tiene por qué dar explicaciones, pero aún así...

- Harry... –––– susurra.

Alzo la vista y sus ojos marrones penetran en los míos. Corro hacia ella, dejando todos mis pensamientos atrás y la beso. 
Beso sus dulces comisuras con fuerte sabor a vodka. Y después poso mi cabeza sobre su cuello. Y aspiro profundamente su aroma. Huele como un ángel. Divinamente bien.

- Joder, Maggie. Estaba tan preocupado.

Apreto mis manos alrededor de su cintura. Abrazándola con más fuerza. Ella se deja llevar y también me abraza.
Después de unos largos segundos me aparto de su cuello. Posicionándome frente a frente. Parece aturdida y algo cansada, pero aún así sigue sonriéndome.

- ¿Dónde está Zayn? –––– murmuro –––– ¿Por qué te has ido con él a solas?
- Harry yo...
- Me da igual. No quiero saberlo, Maggie. No quiero –––– digo con mis manos en la sien –––– Ahora solo quiero. Dios quiero follarte. Ahora... Mismo.

Ella sonríe perturbadora. Y nada más ver su reacción la vuelvo a besar.
Introduzco mi lengua en su boca y vuelve a sonreír. Separo mis comisuras de las suyas y le muerdo el labio inferior. Que bien saben sus labios.

La cojo por los muslos y la elevo hasta la encimera. Toco su muslo con suma suavidad y ella ahoga un gemido, que hace que la excitación despierte por todas las partes de mi cuerpo.

- Espera...

Le doy un beso antes de alejarme de ella.
Corro hacia la puerta de la cocina y la cierro con uno de los candados. Alzo la llave y Maggie sonríe y se muerde sensualmente las comisuras, mientras hace un gesto con las manos pidiéndome que vuelva a estar entre sus brazos.
Oh, sí, señorita Stewart allá voy. Soy todo suyo.

Voy directamente a su cuello. Lo beso con extrema lentitud, provocando otro gemido en Maggie. Oh, sí.
Abro sus piernas y ella sonríe. Apoya una de sus manos sobre mis hombros y con la otra me atrae hacia ella.
Me quita la gorra sonriente y se la pone.

- Te queda rematadoramente sexy.

Ella asiente divertida y coge el cuello de mi camisa, arrastrándome hacia sus labios.

- Voy a quitarte la camisa, ¿vale? –––– susurra jadeante y vuelve a besarme.

Me separo unos centímetros de Maggie para que pueda quitarme la camisa sin ninguna dificultad. Maggie sonríe y pasa con lentitud su mano por mis abdominales. Y cuando llega a mi pecho levanta del todo la camisa y la tira al suelo.
Yo me dejo llevar por Maggie. Quiero que sea ella quien lleve el control de esta situación.

Agarra mi cinturón y en apenas unos segundos me quedo sólo con la parte interior.

- Vamos, Harry. Quítame la camisa –––– murmura y posa mis manos sobre su camisa.

Torpemente se la quito. Creo que nunca antes había estado tan nervioso. Acaricio su piel y Maggie se estremece al tacto.
Mis latidos son tan fuertes que puedo escucharlos atronando contra mi pecho una y otra vez, y por alguna razón me arden las mejillas ante la seductora mirada de Maggie.

Su pulgar me roza el labio inferior y yo jadeo. Contengo la respiración irregular por el desenfrenado deseo que recorre mis venas.

- Mía –––– susurro jadeante.
- Tuya...

Maggie me mira sin apartar su vista tan siquiera una milésima de segundo, y por un momento, le sostengo la mirada, aunque no mucho tiempo, porque termino centrando mi atención en sus tentadores labios. Quiero que me bese necesito que me bese.
 




Narrado por Maggie.
Los músculos más profundos de mi cuerpo se tensan con sumo placer. Harry se inclina y me vuelve a besar. Sus labios se acoplan perfectamente a los míos, como si realmente estuvieran echos el uno para el otro.

Lo deseo. Lo deseo con infinita locura.

Sujeta mis caderas con las dos manos y me pega más a su cuerpo. Desliza su lengua por mi cuello, mordisqueándome.
Sentir la lengua de Harry sobre mi cuerpo es realmente abrumador. Excitante. 

Harry desabrocha con lentitud la cremallera de mi pantalón. Introduce sus manos y las desliza hasta mi trasero, luego por mis muslos y finalmente deja que el pantalón se caiga al suelo.

Por fin siento que queda menos para soltar toda esta tensión acumulada.

Se inclina, me besa el muslo con dulzura una vez, dos... Va dejando un rastro de placenteros besos sobre mi piel. Va subiendo hasta mis bragas.

Cierro los ojos, y siento como una pequeña sacudida en mi cuerpo. Vamos, hazlo ya Harry.

Oigo la caída de sus calzoncillos al suelo. Jadeo, muerta de deseo. Y siento como sus manos tocan mi piel y bajan con exquisita suavidad mis bragas de encaje.
Harry lame sus comisuras, con expresión de puro placer.

- Ahora toca la mejor parte –––– murmura jadeante.

Trago saliva y humedezco mis labios. Me agarro de los hombros de Harry, él agarra con fuerza mi fina cintura y lo siento dentro de mí. Me siento llena, la sensación de tenerlo dentro de mí es tan... Embriagadora.
Gimo y me retuerzo de placer.

Harry retrocede con exquisita lentitud. Dios.
Cierro los ojos y gimo. Él también lo hace. Y entonces, vuelvo a sentir esa cálida sensación de tenerlo en mis entrañas.

Entra y sale de mi cuerpo a un ritmo frenético. Dios. Acelera y entonces soy toda suya. Llego al clímax de la manera más exquisita. Nunca antes había sentido tan placentera.

Harry se inclina, sale de mi cuerpo audaz y sonríe perturbador.
Acerca mis labios a los suyos y me besa. Yo respondo a su beso. Su lengua acaricia la mía con exquisito placer.

- ¿Otra vez? –––– murmuro jadeante.

Harry me besa la frente y sonríe.

- Siempre dije que era una mujer insaciable, Maggie.
- Y ahora va a tener la suerte de poder comprobarlo, señor Styles.
- Vamos al dormitorio. Ahora.

Y con un cómplice silencio caminamos hasta mi dormitorio a hundirnos entre besos, y muchos, pero que muchos orgasmos.




- Maggie...

Oigo susurrar algo a escasos centímetros de mí, aunque no estoy del todo segura.
Me muevo entre las heladas sábanas sin abrir los ojos, y refunfuño. Podría pasarme la vida durmiendo.

- Pececillo –––– murmura una voz grave en mi oído.

Siento como sus pequeños dientes muerden el lóbulo de mi oreja. Y todo mi cuerpo se estremece.
Las mariposan que tengo en mi estómago danzan al son de una melódica canción.

Aún mantenía en mis labios el calor de su último beso, y en la piel el irresistible olor de su cuerpo.

Sonrío, y con lentitud abro mis ojos. Contemplo la dulce mirada de Harry a menos de diez centímetros de mi cara. Él sonríe y se acerca a mí cauteloso.

- Te has portado como una auténtica campeona. 
- Tú tampoco has estado mal –––– murmuro con la voz ronca.

Sus dedos acarician mis suaves comisuras, y siento como la electricidad recorre mi cuerpo, desde la punta de mis dedos hasta mis oscuros y largos cabellos. Harry me agarra el mentón y me tira para sí.  
Yo vuelvo a sonreír y me dejo llevar por su buen humor. Parece tan... Feliz.

Se aproxima más a mí y me da un cálido y casto beso en los labios. Nunca podré cansarme del sabor de su boca.

- Tengo una sorpresa para ti, pececillo.
- ¿Una sorpresa? –––– murmuro con un hilo de voz.

Harry se inclina hacia mí, me recorre el cuello con la nariz hasta que llega a la oreja y ronronea meloso. Me besa detrás de la oreja y aspira el aroma que desprende mi cabello.
Nunca entenderé por qué le atrae tanto mi aroma.

Sonrío nerviosa. Tenerlo tan cerca de mí me pone los pelos de punta.

Harry saca su rostro de entre mi cuello y fija su mirada en la mía. Sus ojos verdes y descarados me observan divertidos. Me pregunto qué estará tramando.
Besa mis labios por última vez y se levanta de la cama de un solo movimiento.

- Vamos, nena. Deja que te muestre como enamoramos los chicos Cheshire a los pececillos como tú.