Bien girls, este capítulo para mí es muy especial, y ya descubriréis de lo que hablo cuando lo hayáis terminado. Nunca en mi vida he escrito nada así, so, espero que lo tengáis en cuenta en vuestros comentarios.
Recordaros que prefiero que me pongáis aquí los comentarios, y deciros una pequeña cosa. Si en este capítulo no recibo más o menos cuarenta comentarios dejo la novela. Uno porque cuando la tenía en twitpic comentaban muchísimos más y dos porque me ocupa mucho tiempo como para que no la lea nadie. Así que recomendársela a vuestros amigos, perros, vecinos, no sé. Y si sois lectores fantasmas también comentad pls.
Muchos besitos. Os quiero.
Capítulo veintiséis.
ANTERIORMENTE.
La adrenalina se me está subiendo a la cabeza. Corro por todos lados, sin rastros de ella.
Salgo a la terraza, ahí fue donde la ví por ultima vez, y para mi sorpresa está, pero no sola. Parece que la mañana va a ser más interesante de lo que esperaba.
Capítulo nuevo.
Maggie parece nerviosa y tremendamente incómoda. Suspira varias veces y se rasca la nuca como sino supiera cómo actuar ante él, ante aquella delicada situación.
Zayn, por el contrario, parece disfrutar bastante de la conversación. No para de mirar de arriba a abajo a Maggie y, aunque no lo culpo, debería, por su bien, dejar de hacerlo.
De pronto se humedece los labios, se toca el mentón y sonríe. No sé por qué, pero mi respiración de buenas a primeras se vuelve entrecortada.
'¿Acaso estás celoso, Harry?' Pregunta mi subconsciente.
Niego con la cabeza repetidas veces ante mi descabellada pregunta. Nunca he sido un hombre celoso, y por supuesto, esta no va a ser la primera vez que lo sea.
Maggie en algún sentido y de alguna forma me quiere. A mí. No a Zayn. O eso espero.
- Hola, Harry ––– murmura una voz aguda y melosa a centímetros de mí.
Aparto mi vista durante unos segundos y observo a la mujer que tengo delante. Oh, no. Ella no.
Narrado por Maggie.
- ¿Por qué miras para todos lados como si fuera un psicópata y no quisieras que te vieran hablando conmigo, Maggie?
Sonrío al escuchar su comentario. Y niego con la cabeza sin apartar la sonrisa de mi rostro. Sigue siendo el mismo Zayn de siempre.
En un momento siento como Zayn se acerca más a mí y coge mis manos. Sus dedos se entrelazan con los míos.
Lo miro con seriedad, sin saber qué hacer, ni qué decir. ¿Qué demonios intenta?
- Zayn...
- Mag, solo te he cogido las manos. Cuando salíamos juntos hacíamos cosas muchos peores –––– murmura con una sonrisa pícara en su rostro.
¿A qué diablos está jugando? ¿Y por qué ha vuelto a llamarme de esa manera?
- Tú mismo lo has dicho, cuando salíamos juntos. Ahora estamos en una situación completamente diferente, Zayn.
Suelto sus manos incómoda, y cruzo mis brazos.
De pronto siento una punzada en el estómago. ¿Quién es la chica con la que está hablando Harry?
- Seamos serios por un momento Mag. Quiero preguntarte una cosa –––– Zayn clava sus ojos marrones en los míos y creo que empequeñezco por momentos. No sé cómo aún puede causar ese efecto en mí, pero prefiero dejar esa cuestión al margen.
Vuelvo a mirar de reojo a Harry. La Barbie que está a su lado parece que le conoce bastante bien. Le agarra por su brazo y se ríen como si fuesen viejos amigos. Aunque podría descartar el término amigos.
Me atrevería a decir que son viejos conocidos con ciertos derechos privilegiados. Derechos que por supuesto, a día de hoy, se habían acabado.
- ¿Tan malo fui como pareja?
La pregunta me pilla tan desprevenida que mis ojos se abren como platos. Parpadeo varias veces, y me muerdo el labio inferior.
Dejo a un lado los espeluznantes pensamientos acerca de la antigua relación entre la Barbie y Harry y poso mi mirada sobre los ojos de Zayn. Que parecen brillar más de lo normal. Me pregunto, ciertamente, el por qué.
- Mmm... ¿Prefieres una dulce mentira o simplemente la verdad? –––– Zayn vacila ante su respuesta. Ni él mismo sabe lo que quiere ahora mismo.
- Las dos opciones son bastante suculentas, pero me decanto más por la amarga y aplastante verdad.
- Oh –––– murmuro sorprendida –––– Entonces tengo que decirte que dejaste mucho que desear como pareja.
Zayn no deja de mirarme estupefacto. Aunque con algo de curiosidad, creo.
- Vamos, me dejaste por otra. ¿Qué se supone que debo decirte? ¿Que fuiste el novio perfecto y que fui la mujer más feliz del mundo a tu lado?
Niego con la cabeza. Y Zayn arruga su nariz resignado.
- Fue muy poco caballeroso por mi parte.
Vuelvo a sonreír divertida. Después de todo creo que no le guardo ningún rencor, al menos a día de hoy.
- Sí que lo fue.
- Tuviste que pasarlo fatal...
- No creas que tanto –––– miento.
Trago saliva. Y miro hacia otro lado para intentar calmar mis nervios, pero, para colmo, la Barbie acaba de coger la gorra de Harry, ¿qué se supone que está haciendo? Sé la está poniendo ella. ¡Vamos Harry, haz algo!
Vuelvo a tragar saliva y siento como mi corazón aporrea mi pecho a un ritmo frenético.
- Mag... ¿Estás bien? –––– pregunta Zayn como si realmente estuviera preocupado por mí.
- En primer lugar no vuelvas a llamarme Mag, ¿vale? Cuando me llamas de esa manera recuerdo cosas de las cuales ya creía haber pasado página y en segundo no. No lo estoy. ¿Podrías... Podrías acompañarme un momento al baño, por favor?
Narrado por Harry.
- Megan, devuélveme la gorra. ¿Por qué cojones te la has puesto?
Por un momento me mira con mala cara y protesta al devolverme la gorra. Me la pongo, con rápidez, y le doy la vuelta. Dejando que la visera de mi gorra se encuentre a espaldas de mi frente.
- ¿Desde cuándo eres tan aburrido, Harry?
- Desde que comprendí que chicas como tú no merecen la pena, Megan. Ahora si me disculpas, tengo mejores cosas que hacer.
- ¿Cómo cuáles? –––– murmura indignada.
- Darle una sorpresa a mi novia, por ejemplo.
Aparto con delicadeza a Megan de mi camino. Ella no era buena para mí, realmente ninguna chica ha sido lo bastante buena para mí, hasta que llegó Maggie. Sin duda, ella fue quien cambió todas las mierdas con las que me rodeaba.
Hablando de Maggie. ¿Dónde diablos está?
Contemplo en silencio la terraza. Ha bastante gente, pero ni ella, ni Zayn están entre la gran multitud.
Muerdo mi labio inferior, descargando toda mi rabia en él. Lo hago tan fuerte que creo que me he abierto una herida en mis comisuras. Paso la lengua por mi labio y limpio el pequeño rastro de sangre que han dejado mis dientes.
Tengo que buscarlos de inmediato. Es hora de saber qué está pasando entre ellos.
Narrado por Maggie.
- ¿Estás mejor, Maggie?
- ¡Te dije que me esperaras fuera, Zayn, joder!
Respiro con dificultad y observo de nuevo la taza del wáter. No me puedo creer que haya vomitado.
Apoyo mis manos en el suelo e intento levantarme. Un intento que queda en vano. He perdido la poca fuerza que tenía en mi cuerpo.
Seco mis lágrimas y suspiro. No sé realmente por qué lloro. Si por recordar lo capullo que fue Zayn y jodidamente mal que lo pasé cuando rompió conmigo, o por como se trataban Harry y la Barbie. Me pregunto si aún queda algún tipo de conexión entre ellos.
Relamo mis labios. Y suspiro.
Briggit no puede enterarse de esto. Esto no ha sido más que un pequeño desliz. No sucederá jamás.
O eso me quiero prometer a mí misma.
Siempre que me pongo nerviosa me da por vomitar y ella procura calmarme y dejar que las ganas de hacerlo pasen. Pero esta vez, al no tenerla a mi lado y con toda esta presión sobre mí... Me ha sido imposible.
Sin darme cuenta Zayn consigue abrir la puerta. Me observa con los ojos abiertos, sin poder creer lo que está viendo. Parpadea tan rápido que incluso me mareo al verlo.
- ¿Has... Has vomitado?
- Solo me encontraba mal. Eso es todo –––– murmuro con un hilo de voz. Pero los enternecedores ojos de Zayn no paran de mirarme con preocupación –––– No me mires así, por favor.
- ¿Cómo? ¿Cómo se supone que te estoy mirando?
- Como si te importara lo que me pasa.
Zayn se agacha y se pone a la misma altura que yo. Coge mi mano y la besa con dulzura. ¿Por qué hace esto?
- Puede que haya sido un completo gilipollas en el pasado, Maggie. Y no sabes cuanto me arrepiento de ello. Solo quiero arreglarlo. Ayudarte.
- ¿Y por qué ahora? ¿Tienes mal karma o qué? –––– susurro –––– Estuve meses sintiéndome como una completa basura. Y ni siquiera tuviste la decencia de llamarme para saber cómo estaba –––– balbuceo.
Pongo las manos sobre mi frente. Creo que mi cabeza va a explotar de un momento a otro. Ojalá todo resultara más fácil, por lo menos para mí.
- ¿Crees que no soy consciente de lo asqueroso que soy? ¿De lo mal que me porté? Por el amor de Dios Maggie, claro que lo sé. Pero me era imposible hablar contigo. No... No podía hacerlo.
Y fue entonces cuando su tono de voz cambió. Parecía terriblemente arrepentido.
Miré fijamente a Zayn a los ojos, y éstos mostraban la misma sinceridad que sus palabras.
- ¿Por qué, Zayn?
- Porque si volvía a escuchar tu voz lo hubiese dejado todo atrás y hubiese vuelto contigo. Por eso.
Narrado por Harry.
- ¿Has visto a Zayn, Jake?
Mi amigo niega con la cabeza y sigue bailando junto con dos chicas. Él si que sabe divertirse, sin preocupaciones, sin estrés... Dios. En parte añoro esa vida, aunque no volvería atrás jamás. Maggie es, sin duda alguna, lo mejor que me ha pasado.
Resoplo y gruño para mis adentros. Cómo es posible que nadie los haya visto por ningún sitio. ¿Cómo, joder?
Una pequeña parte de mí está insegura. Y si... Dios, no quiero pensarlo.
Necesito un trago antes de seguir buscando a Maggie.
Camino hacia la cocina pensando en qué voy a decirle a Maggie nada más verla. Joder, estoy enfadado. ¡Qué digo! Furioso. Sí, furioso. ¿Por qué se va con Zayn sin decirme nada? Sé que no es un objeto y que no me pertenece, no me tiene por qué dar explicaciones, pero aún así...
- Harry... –––– susurra.
Alzo la vista y sus ojos marrones penetran en los míos. Corro hacia ella, dejando todos mis pensamientos atrás y la beso.
Beso sus dulces comisuras con fuerte sabor a vodka. Y después poso mi cabeza sobre su cuello. Y aspiro profundamente su aroma. Huele como un ángel. Divinamente bien.
- Joder, Maggie. Estaba tan preocupado.
Apreto mis manos alrededor de su cintura. Abrazándola con más fuerza. Ella se deja llevar y también me abraza.
Después de unos largos segundos me aparto de su cuello. Posicionándome frente a frente. Parece aturdida y algo cansada, pero aún así sigue sonriéndome.
- ¿Dónde está Zayn? –––– murmuro –––– ¿Por qué te has ido con él a solas?
- Harry yo...
- Me da igual. No quiero saberlo, Maggie. No quiero –––– digo con mis manos en la sien –––– Ahora solo quiero. Dios quiero follarte. Ahora... Mismo.
Ella sonríe perturbadora. Y nada más ver su reacción la vuelvo a besar.
Introduzco mi lengua en su boca y vuelve a sonreír. Separo mis comisuras de las suyas y le muerdo el labio inferior. Que bien saben sus labios.
La cojo por los muslos y la elevo hasta la encimera. Toco su muslo con suma suavidad y ella ahoga un gemido, que hace que la excitación despierte por todas las partes de mi cuerpo.
- Espera...
Le doy un beso antes de alejarme de ella.
Corro hacia la puerta de la cocina y la cierro con uno de los candados. Alzo la llave y Maggie sonríe y se muerde sensualmente las comisuras, mientras hace un gesto con las manos pidiéndome que vuelva a estar entre sus brazos.
Oh, sí, señorita Stewart allá voy. Soy todo suyo.
Voy directamente a su cuello. Lo beso con extrema lentitud, provocando otro gemido en Maggie. Oh, sí.
Abro sus piernas y ella sonríe. Apoya una de sus manos sobre mis hombros y con la otra me atrae hacia ella.
Me quita la gorra sonriente y se la pone.
- Te queda rematadoramente sexy.
Ella asiente divertida y coge el cuello de mi camisa, arrastrándome hacia sus labios.
- Voy a quitarte la camisa, ¿vale? –––– susurra jadeante y vuelve a besarme.
Me separo unos centímetros de Maggie para que pueda quitarme la camisa sin ninguna dificultad. Maggie sonríe y pasa con lentitud su mano por mis abdominales. Y cuando llega a mi pecho levanta del todo la camisa y la tira al suelo.
Yo me dejo llevar por Maggie. Quiero que sea ella quien lleve el control de esta situación.
Agarra mi cinturón y en apenas unos segundos me quedo sólo con la parte interior.
- Vamos, Harry. Quítame la camisa –––– murmura y posa mis manos sobre su camisa.
Torpemente se la quito. Creo que nunca antes había estado tan nervioso. Acaricio su piel y Maggie se estremece al tacto.
Mis latidos son tan fuertes que puedo escucharlos atronando contra mi pecho una y otra vez, y por alguna razón me arden las mejillas ante la seductora mirada de Maggie.
Su pulgar me roza el labio inferior y yo jadeo. Contengo la respiración irregular por el desenfrenado deseo que recorre mis venas.
- Mía –––– susurro jadeante.
- Tuya...
Maggie me mira sin apartar su vista tan siquiera una milésima de segundo, y por un momento, le sostengo la mirada, aunque no mucho tiempo, porque termino centrando mi atención en sus tentadores labios. Quiero que me bese necesito que me bese.
Narrado por Maggie.
Los músculos más profundos de mi cuerpo se tensan con sumo placer. Harry se inclina y me vuelve a besar. Sus labios se acoplan perfectamente a los míos, como si realmente estuvieran echos el uno para el otro.
Lo deseo. Lo deseo con infinita locura.
Sujeta mis caderas con las dos manos y me pega más a su cuerpo. Desliza su lengua por mi cuello, mordisqueándome.
Sentir la lengua de Harry sobre mi cuerpo es realmente abrumador. Excitante.
Harry desabrocha con lentitud la cremallera de mi pantalón. Introduce sus manos y las desliza hasta mi trasero, luego por mis muslos y finalmente deja que el pantalón se caiga al suelo.
Por fin siento que queda menos para soltar toda esta tensión acumulada.
Se inclina, me besa el muslo con dulzura una vez, dos... Va dejando un rastro de placenteros besos sobre mi piel. Va subiendo hasta mis bragas.
Cierro los ojos, y siento como una pequeña sacudida en mi cuerpo. Vamos, hazlo ya Harry.
Oigo la caída de sus calzoncillos al suelo. Jadeo, muerta de deseo. Y siento como sus manos tocan mi piel y bajan con exquisita suavidad mis bragas de encaje.
Harry lame sus comisuras, con expresión de puro placer.
- Ahora toca la mejor parte –––– murmura jadeante.
Trago saliva y humedezco mis labios. Me agarro de los hombros de Harry, él agarra con fuerza mi fina cintura y lo siento dentro de mí. Me siento llena, la sensación de tenerlo dentro de mí es tan... Embriagadora.
Gimo y me retuerzo de placer.
Harry retrocede con exquisita lentitud. Dios.
Cierro los ojos y gimo. Él también lo hace. Y entonces, vuelvo a sentir esa cálida sensación de tenerlo en mis entrañas.
Entra y sale de mi cuerpo a un ritmo frenético. Dios. Acelera y entonces soy toda suya. Llego al clímax de la manera más exquisita. Nunca antes había sentido tan placentera.
Harry se inclina, sale de mi cuerpo audaz y sonríe perturbador.
Acerca mis labios a los suyos y me besa. Yo respondo a su beso. Su lengua acaricia la mía con exquisito placer.
- ¿Otra vez? –––– murmuro jadeante.
Harry me besa la frente y sonríe.
- Siempre dije que era una mujer insaciable, Maggie.
- Y ahora va a tener la suerte de poder comprobarlo, señor Styles.
- Vamos al dormitorio. Ahora.
Y con un cómplice silencio caminamos hasta mi dormitorio a hundirnos entre besos, y muchos, pero que muchos orgasmos.
- Maggie...
Oigo susurrar algo a escasos centímetros de mí, aunque no estoy del todo segura.
Me muevo entre las heladas sábanas sin abrir los ojos, y refunfuño. Podría pasarme la vida durmiendo.
- Pececillo –––– murmura una voz grave en mi oído.
Siento como sus pequeños dientes muerden el lóbulo de mi oreja. Y todo mi cuerpo se estremece.
Las mariposan que tengo en mi estómago danzan al son de una melódica canción.
Aún mantenía en mis labios el calor de su último beso, y en la piel el irresistible olor de su cuerpo.
Sonrío, y con lentitud abro mis ojos. Contemplo la dulce mirada de Harry a menos de diez centímetros de mi cara. Él sonríe y se acerca a mí cauteloso.
- Te has portado como una auténtica campeona.
- Tú tampoco has estado mal –––– murmuro con la voz ronca.
Sus dedos acarician mis suaves comisuras, y siento como la electricidad recorre mi cuerpo, desde la punta de mis dedos hasta mis oscuros y largos cabellos. Harry me agarra el mentón y me tira para sí.
Yo vuelvo a sonreír y me dejo llevar por su buen humor. Parece tan... Feliz.
Se aproxima más a mí y me da un cálido y casto beso en los labios. Nunca podré cansarme del sabor de su boca.
- Tengo una sorpresa para ti, pececillo.
- ¿Una sorpresa? –––– murmuro con un hilo de voz.
Harry se inclina hacia mí, me recorre el cuello con la nariz hasta que llega a la oreja y ronronea meloso. Me besa detrás de la oreja y aspira el aroma que desprende mi cabello.
Nunca entenderé por qué le atrae tanto mi aroma.
Sonrío nerviosa. Tenerlo tan cerca de mí me pone los pelos de punta.
Harry saca su rostro de entre mi cuello y fija su mirada en la mía. Sus ojos verdes y descarados me observan divertidos. Me pregunto qué estará tramando.
Besa mis labios por última vez y se levanta de la cama de un solo movimiento.
- Vamos, nena. Deja que te muestre como enamoramos los chicos Cheshire a los pececillos como tú.