lunes, 29 de julio de 2013

Capítulo veintiséis.




Bien girls, este capítulo para mí es muy especial, y ya descubriréis de lo que hablo cuando lo hayáis terminado. Nunca en mi vida he escrito nada así, so, espero que lo tengáis en cuenta en vuestros comentarios.
Recordaros que prefiero que me pongáis aquí los comentarios, y deciros una pequeña cosa. Si en este capítulo no recibo más o menos cuarenta comentarios dejo la novela. Uno porque cuando la tenía en twitpic comentaban muchísimos más y dos porque me ocupa mucho tiempo como para que no la lea nadie. Así que recomendársela a vuestros amigos, perros, vecinos, no sé. Y si sois lectores fantasmas también comentad pls.
Muchos besitos. Os quiero.


Capítulo veintiséis. 
ANTERIORMENTE.
La adrenalina se me está subiendo a la cabeza. Corro por todos lados, sin rastros de ella.
 
Salgo a la terraza, ahí fue donde la ví por ultima vez, y para mi sorpresa está, pero no sola. Parece que la mañana va a ser más interesante de lo que esperaba.


Capítulo nuevo.
Maggie parece nerviosa y tremendamente incómoda. Suspira varias veces y se rasca la nuca como sino supiera cómo actuar ante él, ante aquella delicada situación.
Zayn, por el contrario, parece disfrutar bastante de la conversación. No para de mirar de arriba a abajo a Maggie y, aunque no lo culpo, debería, por su bien, dejar de hacerlo.
De pronto se humedece los labios, se toca el mentón y sonríe. No sé por qué, pero mi respiración de buenas a primeras se vuelve entrecortada.

'¿Acaso estás celoso, Harry?' Pregunta mi subconsciente.

Niego con la cabeza repetidas veces ante mi descabellada pregunta. Nunca he sido un hombre celoso, y por supuesto, esta no va a ser la primera vez que lo sea.

Maggie en algún sentido y de alguna forma me quiere. A mí. No a Zayn. O eso espero.

- Hola, Harry ––– murmura una voz aguda y melosa a centímetros de mí.

Aparto mi vista durante unos segundos y observo a la mujer que tengo delante. Oh, no. Ella no.




Narrado por Maggie.
- ¿Por qué miras para todos lados como si fuera un psicópata y no quisieras que te vieran hablando conmigo, Maggie?

Sonrío al escuchar su comentario. Y niego con la cabeza sin apartar la sonrisa de mi rostro. Sigue siendo el mismo Zayn de siempre.

En un momento siento como Zayn se acerca más a mí y coge mis manos. Sus dedos se entrelazan con los míos.
Lo miro con seriedad, sin saber qué hacer, ni qué decir. ¿Qué demonios intenta?

- Zayn...
- Mag, solo te he cogido las manos. Cuando salíamos juntos hacíamos cosas muchos peores –––– murmura con una sonrisa pícara en su rostro.

¿A qué diablos está jugando? ¿Y por qué ha vuelto a llamarme de esa manera?

- Tú mismo lo has dicho, cuando salíamos juntos. Ahora estamos en una situación completamente diferente, Zayn.

Suelto sus manos incómoda, y cruzo mis brazos.
De pronto siento una punzada en el estómago. ¿Quién es la chica con la que está hablando Harry?

- Seamos serios por un momento Mag. Quiero preguntarte una cosa –––– Zayn clava sus ojos marrones en los míos y creo que empequeñezco por momentos. No sé cómo aún puede causar ese efecto en mí, pero prefiero dejar esa cuestión al margen.

Vuelvo a mirar de reojo a Harry. La Barbie que está a su lado parece que le conoce bastante bien. Le agarra por su brazo y se ríen como si fuesen viejos amigos. Aunque podría descartar el término amigos.
Me atrevería a decir que son viejos conocidos con ciertos derechos privilegiados. Derechos que por supuesto, a día de hoy, se habían acabado.

- ¿Tan malo fui como pareja?

La pregunta me pilla tan desprevenida que mis ojos se abren como platos. Parpadeo varias veces, y me muerdo el labio inferior.
Dejo a un lado los espeluznantes pensamientos acerca de la antigua relación entre la Barbie y Harry y poso mi mirada sobre los ojos de Zayn. Que parecen brillar más de lo normal. Me pregunto, ciertamente, el por qué.

- Mmm... ¿Prefieres una dulce mentira o simplemente la verdad? –––– Zayn vacila ante su respuesta. Ni él mismo sabe lo que quiere ahora mismo.
- Las dos opciones son bastante suculentas, pero me decanto más por la amarga y aplastante verdad.
- Oh –––– murmuro sorprendida –––– Entonces tengo que decirte que dejaste mucho que desear como pareja.

Zayn no deja de mirarme estupefacto. Aunque con algo de curiosidad, creo.

- Vamos, me dejaste por otra. ¿Qué se supone que debo decirte? ¿Que fuiste el novio perfecto y que fui la mujer más feliz del mundo a tu lado?

Niego con la cabeza. Y Zayn arruga su nariz resignado.

- Fue muy poco caballeroso por mi parte.

Vuelvo a sonreír divertida. Después de todo creo que no le guardo ningún rencor, al menos a día de hoy.

- Sí que lo fue.
- Tuviste que pasarlo fatal...
- No creas que tanto –––– miento.

Trago saliva. Y miro hacia otro lado para intentar calmar mis nervios, pero, para colmo, la Barbie acaba de coger la gorra de Harry, ¿qué se supone que está haciendo? Sé la está poniendo ella. ¡Vamos Harry, haz algo!
Vuelvo a tragar saliva y siento como mi corazón aporrea mi pecho a un ritmo frenético.

- Mag... ¿Estás bien? –––– pregunta Zayn como si realmente estuviera preocupado por mí.
- En primer lugar no vuelvas a llamarme Mag, ¿vale? Cuando me llamas de esa manera recuerdo cosas de las cuales ya creía haber pasado página y en segundo no. No lo estoy. ¿Podrías... Podrías acompañarme un momento al baño, por favor?




Narrado por Harry.
- Megan, devuélveme la gorra. ¿Por qué cojones te la has puesto?

Por un momento me mira con mala cara y protesta al devolverme la gorra. Me la pongo, con rápidez, y le doy la vuelta. Dejando que la visera de mi gorra se encuentre a espaldas de mi frente. 

- ¿Desde cuándo eres tan aburrido, Harry?
- Desde que comprendí que chicas como tú no merecen la pena, Megan. Ahora si me disculpas, tengo mejores cosas que hacer.
- ¿Cómo cuáles? –––– murmura indignada.
- Darle una sorpresa a mi novia, por ejemplo.

Aparto con delicadeza a Megan de mi camino. Ella no era buena para mí, realmente ninguna chica ha sido lo bastante buena para mí, hasta que llegó Maggie. Sin duda, ella fue quien cambió todas las mierdas con las que me rodeaba.

Hablando de Maggie. ¿Dónde diablos está?
Contemplo en silencio la terraza. Ha bastante gente, pero ni ella, ni Zayn están entre la gran multitud.
Muerdo mi labio inferior, descargando toda mi rabia en él. Lo hago tan fuerte que creo que me he abierto una herida en mis comisuras. Paso la lengua por mi labio y limpio el pequeño rastro de sangre que han dejado mis dientes.

Tengo que buscarlos de inmediato. Es hora de saber qué está pasando entre ellos.




Narrado por Maggie.
- ¿Estás mejor, Maggie?
- ¡Te dije que me esperaras fuera, Zayn, joder!

Respiro con dificultad y observo de nuevo la taza del wáter. No me puedo creer que haya vomitado.
Apoyo mis manos en el suelo e intento levantarme. Un intento que queda en vano. He perdido la poca fuerza que tenía en mi cuerpo.
Seco mis lágrimas y suspiro. No sé realmente por qué lloro. Si por recordar lo capullo que fue Zayn y jodidamente mal que lo pasé cuando rompió conmigo, o por como se trataban Harry y la Barbie. Me pregunto si aún queda algún tipo de conexión entre ellos.

Relamo mis labios. Y suspiro. 

Briggit no puede enterarse de esto. Esto no ha sido más que un pequeño desliz. No sucederá jamás.
O eso me quiero prometer a mí misma.
Siempre que me pongo nerviosa me da por vomitar y ella procura calmarme y dejar que las ganas de hacerlo pasen. Pero esta vez, al no tenerla a mi lado y con toda esta presión sobre mí... Me ha sido imposible.

Sin darme cuenta Zayn consigue abrir la puerta. Me observa con los ojos abiertos, sin poder creer lo que está viendo. Parpadea tan rápido que incluso me mareo al verlo.

- ¿Has... Has vomitado?
- Solo me encontraba mal. Eso es todo –––– murmuro con un hilo de voz. Pero los enternecedores ojos de Zayn no paran de mirarme con preocupación –––– No me mires así, por favor.
- ¿Cómo? ¿Cómo se supone que te estoy mirando?
- Como si te importara lo que me pasa.

Zayn se agacha y se pone a la misma altura que yo. Coge mi mano y la besa con dulzura. ¿Por qué hace esto? 

- Puede que haya sido un completo gilipollas en el pasado, Maggie. Y no sabes cuanto me arrepiento de ello. Solo quiero arreglarlo. Ayudarte.
- ¿Y por qué ahora? ¿Tienes mal karma o qué? –––– susurro –––– Estuve meses sintiéndome como una completa basura. Y ni siquiera tuviste la decencia de llamarme para saber cómo estaba –––– balbuceo.

Pongo las manos sobre mi frente. Creo que mi cabeza va a explotar de un momento a otro. Ojalá todo  resultara más fácil, por lo menos para mí.

- ¿Crees que no soy consciente de lo asqueroso que soy? ¿De lo mal que me porté? Por el amor de Dios Maggie, claro que lo sé. Pero me era imposible hablar contigo. No... No podía hacerlo.

Y fue entonces cuando su tono de voz cambió. Parecía terriblemente arrepentido.
Miré fijamente a Zayn a los ojos, y éstos mostraban la misma sinceridad que sus palabras.

- ¿Por qué, Zayn?
- Porque si volvía a escuchar tu voz lo hubiese dejado todo atrás y hubiese vuelto contigo. Por eso.




Narrado por Harry.
- ¿Has visto a Zayn, Jake?

Mi amigo niega con la cabeza y sigue bailando junto con dos chicas. Él si que sabe divertirse, sin preocupaciones, sin estrés... Dios. En parte añoro esa vida, aunque no volvería atrás jamás. Maggie es, sin duda alguna, lo mejor que me ha pasado.

Resoplo y gruño para mis adentros. Cómo es posible que nadie los haya visto por ningún sitio. ¿Cómo, joder?

Una pequeña parte de mí está insegura. Y si... Dios, no quiero pensarlo.
Necesito un trago antes de seguir buscando a Maggie.

Camino hacia la cocina pensando en qué voy a decirle a Maggie nada más verla. Joder, estoy enfadado. ¡Qué digo! Furioso. Sí, furioso. ¿Por qué se va con Zayn sin decirme nada? Sé que no es un objeto y que no me pertenece, no me tiene por qué dar explicaciones, pero aún así...

- Harry... –––– susurra.

Alzo la vista y sus ojos marrones penetran en los míos. Corro hacia ella, dejando todos mis pensamientos atrás y la beso. 
Beso sus dulces comisuras con fuerte sabor a vodka. Y después poso mi cabeza sobre su cuello. Y aspiro profundamente su aroma. Huele como un ángel. Divinamente bien.

- Joder, Maggie. Estaba tan preocupado.

Apreto mis manos alrededor de su cintura. Abrazándola con más fuerza. Ella se deja llevar y también me abraza.
Después de unos largos segundos me aparto de su cuello. Posicionándome frente a frente. Parece aturdida y algo cansada, pero aún así sigue sonriéndome.

- ¿Dónde está Zayn? –––– murmuro –––– ¿Por qué te has ido con él a solas?
- Harry yo...
- Me da igual. No quiero saberlo, Maggie. No quiero –––– digo con mis manos en la sien –––– Ahora solo quiero. Dios quiero follarte. Ahora... Mismo.

Ella sonríe perturbadora. Y nada más ver su reacción la vuelvo a besar.
Introduzco mi lengua en su boca y vuelve a sonreír. Separo mis comisuras de las suyas y le muerdo el labio inferior. Que bien saben sus labios.

La cojo por los muslos y la elevo hasta la encimera. Toco su muslo con suma suavidad y ella ahoga un gemido, que hace que la excitación despierte por todas las partes de mi cuerpo.

- Espera...

Le doy un beso antes de alejarme de ella.
Corro hacia la puerta de la cocina y la cierro con uno de los candados. Alzo la llave y Maggie sonríe y se muerde sensualmente las comisuras, mientras hace un gesto con las manos pidiéndome que vuelva a estar entre sus brazos.
Oh, sí, señorita Stewart allá voy. Soy todo suyo.

Voy directamente a su cuello. Lo beso con extrema lentitud, provocando otro gemido en Maggie. Oh, sí.
Abro sus piernas y ella sonríe. Apoya una de sus manos sobre mis hombros y con la otra me atrae hacia ella.
Me quita la gorra sonriente y se la pone.

- Te queda rematadoramente sexy.

Ella asiente divertida y coge el cuello de mi camisa, arrastrándome hacia sus labios.

- Voy a quitarte la camisa, ¿vale? –––– susurra jadeante y vuelve a besarme.

Me separo unos centímetros de Maggie para que pueda quitarme la camisa sin ninguna dificultad. Maggie sonríe y pasa con lentitud su mano por mis abdominales. Y cuando llega a mi pecho levanta del todo la camisa y la tira al suelo.
Yo me dejo llevar por Maggie. Quiero que sea ella quien lleve el control de esta situación.

Agarra mi cinturón y en apenas unos segundos me quedo sólo con la parte interior.

- Vamos, Harry. Quítame la camisa –––– murmura y posa mis manos sobre su camisa.

Torpemente se la quito. Creo que nunca antes había estado tan nervioso. Acaricio su piel y Maggie se estremece al tacto.
Mis latidos son tan fuertes que puedo escucharlos atronando contra mi pecho una y otra vez, y por alguna razón me arden las mejillas ante la seductora mirada de Maggie.

Su pulgar me roza el labio inferior y yo jadeo. Contengo la respiración irregular por el desenfrenado deseo que recorre mis venas.

- Mía –––– susurro jadeante.
- Tuya...

Maggie me mira sin apartar su vista tan siquiera una milésima de segundo, y por un momento, le sostengo la mirada, aunque no mucho tiempo, porque termino centrando mi atención en sus tentadores labios. Quiero que me bese necesito que me bese.
 




Narrado por Maggie.
Los músculos más profundos de mi cuerpo se tensan con sumo placer. Harry se inclina y me vuelve a besar. Sus labios se acoplan perfectamente a los míos, como si realmente estuvieran echos el uno para el otro.

Lo deseo. Lo deseo con infinita locura.

Sujeta mis caderas con las dos manos y me pega más a su cuerpo. Desliza su lengua por mi cuello, mordisqueándome.
Sentir la lengua de Harry sobre mi cuerpo es realmente abrumador. Excitante. 

Harry desabrocha con lentitud la cremallera de mi pantalón. Introduce sus manos y las desliza hasta mi trasero, luego por mis muslos y finalmente deja que el pantalón se caiga al suelo.

Por fin siento que queda menos para soltar toda esta tensión acumulada.

Se inclina, me besa el muslo con dulzura una vez, dos... Va dejando un rastro de placenteros besos sobre mi piel. Va subiendo hasta mis bragas.

Cierro los ojos, y siento como una pequeña sacudida en mi cuerpo. Vamos, hazlo ya Harry.

Oigo la caída de sus calzoncillos al suelo. Jadeo, muerta de deseo. Y siento como sus manos tocan mi piel y bajan con exquisita suavidad mis bragas de encaje.
Harry lame sus comisuras, con expresión de puro placer.

- Ahora toca la mejor parte –––– murmura jadeante.

Trago saliva y humedezco mis labios. Me agarro de los hombros de Harry, él agarra con fuerza mi fina cintura y lo siento dentro de mí. Me siento llena, la sensación de tenerlo dentro de mí es tan... Embriagadora.
Gimo y me retuerzo de placer.

Harry retrocede con exquisita lentitud. Dios.
Cierro los ojos y gimo. Él también lo hace. Y entonces, vuelvo a sentir esa cálida sensación de tenerlo en mis entrañas.

Entra y sale de mi cuerpo a un ritmo frenético. Dios. Acelera y entonces soy toda suya. Llego al clímax de la manera más exquisita. Nunca antes había sentido tan placentera.

Harry se inclina, sale de mi cuerpo audaz y sonríe perturbador.
Acerca mis labios a los suyos y me besa. Yo respondo a su beso. Su lengua acaricia la mía con exquisito placer.

- ¿Otra vez? –––– murmuro jadeante.

Harry me besa la frente y sonríe.

- Siempre dije que era una mujer insaciable, Maggie.
- Y ahora va a tener la suerte de poder comprobarlo, señor Styles.
- Vamos al dormitorio. Ahora.

Y con un cómplice silencio caminamos hasta mi dormitorio a hundirnos entre besos, y muchos, pero que muchos orgasmos.




- Maggie...

Oigo susurrar algo a escasos centímetros de mí, aunque no estoy del todo segura.
Me muevo entre las heladas sábanas sin abrir los ojos, y refunfuño. Podría pasarme la vida durmiendo.

- Pececillo –––– murmura una voz grave en mi oído.

Siento como sus pequeños dientes muerden el lóbulo de mi oreja. Y todo mi cuerpo se estremece.
Las mariposan que tengo en mi estómago danzan al son de una melódica canción.

Aún mantenía en mis labios el calor de su último beso, y en la piel el irresistible olor de su cuerpo.

Sonrío, y con lentitud abro mis ojos. Contemplo la dulce mirada de Harry a menos de diez centímetros de mi cara. Él sonríe y se acerca a mí cauteloso.

- Te has portado como una auténtica campeona. 
- Tú tampoco has estado mal –––– murmuro con la voz ronca.

Sus dedos acarician mis suaves comisuras, y siento como la electricidad recorre mi cuerpo, desde la punta de mis dedos hasta mis oscuros y largos cabellos. Harry me agarra el mentón y me tira para sí.  
Yo vuelvo a sonreír y me dejo llevar por su buen humor. Parece tan... Feliz.

Se aproxima más a mí y me da un cálido y casto beso en los labios. Nunca podré cansarme del sabor de su boca.

- Tengo una sorpresa para ti, pececillo.
- ¿Una sorpresa? –––– murmuro con un hilo de voz.

Harry se inclina hacia mí, me recorre el cuello con la nariz hasta que llega a la oreja y ronronea meloso. Me besa detrás de la oreja y aspira el aroma que desprende mi cabello.
Nunca entenderé por qué le atrae tanto mi aroma.

Sonrío nerviosa. Tenerlo tan cerca de mí me pone los pelos de punta.

Harry saca su rostro de entre mi cuello y fija su mirada en la mía. Sus ojos verdes y descarados me observan divertidos. Me pregunto qué estará tramando.
Besa mis labios por última vez y se levanta de la cama de un solo movimiento.

- Vamos, nena. Deja que te muestre como enamoramos los chicos Cheshire a los pececillos como tú.

miércoles, 24 de julio de 2013

Capítulo veinticinco.



Hello girls antes que nada muchísimas gracias por leer y por vuestros comentarios. Pero quería deciros una pequeñísima cosita. Comentad here porfi pls, me haría mucha ilusión recibir vuestros comentarios en el blog y que recomendarías la novela a vuestras friends y eso.
Por cierto, leed la novela de @awayfrom1D que se pasa de buena y la de @srtavilla que es una zorra y no me había dicho que estaba subiendo una nueva.
Una última cosi y os dejo ya (soy una pesada lo sé, lol) el otro día estaba twitteando algo y me hizo un montón de gracia un tweet de @mmaria1D y nada más decirle que soy muy fan suya lol. Puse una foto del video de BSE de Verónica y Harry y ella puso como Jack y Maggie en la oficina y yo como AJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJ. Bueno eso, te dedico el capítulo porque sí. Porque me encantó tu tweet ale. Y a mi hermana, que es una pesada y no para de decirme que escriba que quiere leer capítulos añdnalnduasnlss. Besitos.




Capítulo veinticinco.
ANTERIORMENTE.
- ¿Tienes hambre? –––– murmuro.
- Sí, pero no precisamente de comida.

Sonrío traviesa. Creo que sé perfectamente como saciar ese hambre. 

Capítulo nuevo.
- Tengo exquisitas ideas en mente, señor Styles –––– susurro mirando con descaro a Harry, que está parado justamente en frente de mí.

Me acerco a él. Agarro el cuello de su abrigo y lo aferro a mí. Su respiración entrecortada hace que mi corazón se acelere y se pare al mismo tiempo. Es una mezcla realmente embriagadora que estremece mi cuerpo.
Solo él puede crear esto en mí.

Harry sonríe y los sensuales hoyuelos vuelven a marcarse sobre su rostro. Yo también sonrío. Y lo beso. Siento sus deliciosas comisuras sobre las mías. Saboreo nuestro beso como si fuera el último.
Su lengua acaricia la mía, y vuelvo a estremecerme.

Aparto mis labios unos milímetros. Y en ese justo momento nuestra mirada se cruza. Sus ojos verdes penetran en los míos marrones oscuros. Y la electricidad se filtra por mis venas.

Oh, Harry. Me haces sentir viva.

Introduce su mano por dentro de mi chaqueta, y siento su mano helada sobre mi piel. Me aferra a él haciendo que nuestros cuerpos se unan sin quedar distancia alguna. Yo poso mi mano sobre su cuello y le beso. Puedo decir que nunca me cansaré de besar sus labios.
Harry posa con lentitud una de sus manos sobre mi trasero. La mete en el bolsillo de mi pantalón y me agarra con fuerza. Como si reclamara algo que le perteneciera solo y exclusivamente a él.

- Mía –––– susurra jadeante.

Sonrío tranquilizadora y asiento. Pececillo, yo soy toda tuya, por eso no deberías preocuparte. 

Vuelvo a mirarlo con ternura es tan... Adorable, pero a la vez arrebatadoramente sexy que Dios... Que lío.
Su dulce mirada en segundos deja de ser tan dulce.

- Creo que deberíamos reponer fuerzas para todo lo que te tengo pensado hacer –––– susurro en su oído, y luego le muerdo el lóbulo de su oreja.

Su cuerpo se estremece y jadea en silencio. Es tan sumamente tentador verlo así.

- Señora Stewart, es usted una pervertida.
- No lo sabe usted bien, señor Styles. Ahora vayamos a comer algo de verdad, que de comerle a usted ya me encargo yo más tarde.




- Espero que después de todo os haya gustado la comida. Especialidad de la casa. Ya sabes como es mi madre con estos temas de la comida... –––– murmura Jake.
- Tu madre puede estar tranquila. Estaba deliciosa. De verdad.
- ¿No te habrás quedado con hambre? Has comido muy poco.
- No, mami. Tranquila –––– murmura entre risas, mientras Jake le propina un buen puñetazo en el hombro. Harry se lo devuelve y durante unos segundos parecen un par de críos dándose golpes –––– De todas formas ya sabes que siempre me ha gustado reservar un hueco para el postre.

Nada más pronunciar esas palabras Harry me mira de reojo y sonríe perturbador. Algo en mi vientre se activa. El Harry pervertido sin duda es mi favorito.
Yo le sonrío mientras me ruborizo. Ser su postre sin duda sería lo mejor que me podría pasar después de este suplicio de semana.

- Entiendo... –––– murmura entre risas al ver mi cara.

Otra situación incómoda con Jake.
Harry agarra mi mano con fuerza y me sonríe desde la distancia que nos separa. Yo agacho mi cabeza avergonzada, pero no por mucho tiempo, ya que Harry la sujeta y me acerca a sus labios, proporcionándome uno de los besos más tiernos que me ha dado jamás.
Vuelvo a sonreír como una adolescente enamoradiza. No sé que cojones me está pasando con Harry, ni por qué actuó de esta manera cuando estoy con él, pero sinceramente tampoco quiero una respuesta. Me gusta sentirme así. Es realmente reconfortante.
Poso mi mano en la cintura de Harry y él la suya sobre mis hombros.

- Jake me estás avergonzando delante de mi novia.
- ¿Yo? –––– grita indignado y se ríe.

Mi cara se ruboriza aún más. Y al darme cuenta la hundo en el pecho de Harry tapando mi profunda vergüenza, él se ríe y me abraza con ternura.
 
- Bueno Harry ya sabes que yo soy el primero que quiero que mojes esta noche, pero colega tengo otro tipo de planes para vosotros.

¿Qué? No me jodas, Jake.

- Hoy es noche de juegos en grupo.





Narrado por Harry.
- ¿Maggie? ¿Maggie...? –––– susurro en su oído.
- Mmm...

Maggie está acurrucada en mi pecho, completa y profundamente dormida. Sonrío al verla así.
Incluso dormida es preciosa.

Beso su frente con suma ternura y delicadeza. No ha podido aguantar más. Y la entiendo, estos juegos han sido horribles. Aunque lo peor de todo no ha sido eso. Los grupos se han distribuido de una manera horrible a Maggie le ha tocado con Perrie y con Zayn, me imagino lo incómoda que habrá podido estar Maggie.

La cargo en brazos despacio, no quiero despertarla. Observo como Maggie se acurruca en mí, debe de estar helada.

- Buenas noches, chicos. Hasta mañana.
- Buenas noches, Harry. Y siento que no hayas podido cumplir con tu obligación de novio. Ya habrá más noches.

Refunfuño en bajo. Jake es gilipollas, pero aún así le dedico una última sonrisa antes de irme de la sala.

Subo escalón a escalón hasta llegar a la habitación. Enciendo con lentitud la luz y dejo a Maggie sobre la cama. Es un ángel. Un ángel caído del cielo para hacerme feliz. 

Le quito los zapatos, la tapo y sonrío al verla dormida.
Siento una presión en pecho cuando la miro, una presión que nunca en mi vida había sentido por nadie.

Suspiro. Supongo que como dice Jake ya habrá más noches. Dejo mi móvil sobre la mesilla de noche y la chaqueta dentro del ropero.
Toda mi ropa está colocada. Miro de reojo a Maggie. Si supiera que le he tenido que pagar a Jake para que nos pusiera en la misma habitación me mataría, sin duda. Y Briggit también lo haría.

Cierro el ropero.
Me quito la camisa y la dejo sobre la silla. Es invierno y fuera hace muchísimo frío, pero en cambio en esta habitación hace bastante calor.

Contemplo a Maggie desde la distancia. Su belleza realmente me abruma. Ella en todo su conjunto es terriblemente abrumadora.
Ahora que lo pienso, sé menos de ella de lo que me gustaría saber. Ciertamente es como la Luna, parte de ella siempre está escondida, y aunque pueda entender que es por miedo, necesito quitar esa barrera y hacer que se abra a mí de todas las formas posibles.

Niego con mi cabeza, eso ha sonado horrible.

Me muevo hasta la cama, y me acurruco junto a ella. Me la comería a besos hasta desgastar mis labios de tanto hacerlo.

Apoyo mi cabeza en la almohada, sin dejar de observar a Maggie y resoplo. A estas horas siempre me da por pensar en estupideces, y siempre termino deprimiéndome. Así que por una vez voy a utilizar estas horas nocturas para idear una sorpresa agradable y totalmente inesperada para Maggie. Bueno varias.
Ya que mañana es un día realmente especial para nosotros, aunque sobretodo para mí y porque el Domingo es día veinticuatro. Que rápido se ha pasado este año.

Bueno, vamos allá.



Un suculento olor a café recién echo y tostadas algo quemadas me levanta. Ronroneo un poco y dejo que Maggie me despierte de la mejor forma que sabe; a besos.
Besa mis labios despacio, una y otra vez.

- Buenos días, pececillo.

Abro los ojos y lo primero que veo es una gran sonrisa ilustrada en el rostro de Maggie. Acabada de levantar es terriblemente hermosa.
Me acerco a ella sonriente. Sus brillantes ojos me contemplan intrigados. Me pregunto por qué.
Beso sus comisuras y ella sonríe aún más. Poso mi rostro en su cuello y huelo su pelo. Aspiro su aroma. Huele divinamente. Sin duda alguna es mi fragancia favorita en este puto mundo.

Ella ríe nerviosa. La observo en silencio y, por fin, me doy cuenta. Lleva una de mis camisas puestas. Oh, Maggie. Es la cosa más dulce del mundo.

- Siempre son buenos si amanezco a tu lado.
- Tonto.
- ¿Eso que llevas es mi camisa? –––– susurro mientras juego con uno de los mechones de su cabello.
- Bueno... Sí –––– susurra tímidamente –––– Me he levantado muy temprano y tú estabas dormido, no quería molestarte. Se me ocurrió que podía hacerte el desayuno, pero no quería separarme de ti y entonces pensé que si me ponía una de tus camisas sería como sino nos hubiésemos separado del todo. Ya sabes... Tu aroma seguía ahí.

La miro en silencio. No sé que decir.

- Siento... Siento si te ha molestado.
- ¿Molestarme? –––– murmuro sorprendido –––– ¿Cómo me iba a molestar una cosa así? 

Me aferro a Maggie con una sonrisa de oreja a oreja. Es terriblemente tierna.

- Eres increíble.
- Lo sé.
- Y con esa camisa estás arrebatadoramente sexy.
- También lo sé.

Maggie sonríe. Me mira traviesa y se desabrocha uno de los botones de la camisa.

- Podríamos... –––– murmura.

Oh, por supuesto que podríamos.
Atraigo con sus manos a Maggie. Beso sus comisuras con deseo. Muerdo su labio inferior y ella sonríe.

- ¡Buenos días, chicos!

Oh, no. Otra vez no.




- Te he dicho que lo siento un millón de veces, Harry.
- Te seguiré odiando aunque lo digas un trillón de veces, Jake.
- Un polvo mañanero se puede tener cualquier otro día.
- ¡No es por eso, Jake! –––– murmuro enfurecido.

Bajo la voz cuando veo que Maggie me mira desde lejos. Sonrío y le guiño un ojo. Ella niega con la cabeza sonriente, susurra "eres incorregible" y sigue hablando con una de las chicas rubias que hay en la terraza.

- Hoy hago veinte días con Maggie.
- ¿Y?
- Esto representa mucho para nosotros.

Sigo contemplando a Maggie desde la distancia. Me alegra tanto haberme cruzado con ella aquel día en el bar. El destino, sin duda, es muy sabio.

- Te gusta mucho, eh.

Dejo mis pensamientos a un lado y miro a Jake.

- Más de lo que nadie se puede imaginar.
- ¿Y Zayn que dice de todo esto?
- Ciertamente, no me importa. Y no quiero hablar de ello.

Me levanto del sillón, todavía tengo que preparar muchas cosas.

- Necesito que me ayudes con algo que tengo entre manos, Jake.




Narrado por Maggie.
- Briggit, para, cálmate –––– murmuro nerviosa.
- ¡Me lo prometiste, Maggie! Oh, por Dios, yo sé que él es una continua tentación pero... Joder, Maggie. Yo te advertí que no es bueno para ti.
- Solo han sido un par de besos.
- ¡Porque Jake os ha interrumpido todo el tiempo!

Resoplo. Es una cabezota.

- Hola, Maggie –––– susurra una voz grave a mis espaldas.

Mi cuerpo comienza a temblar. Soy una completa imbécil. No sé por qué me pongo así.

- Luego hablamos, Briggit.
- ¡Pero Maggie...!

Corto.

- Hola... Zayn.




Narrado por Harry.
- Ya está todo listo. Y en solo media hora. Eres el mejor Jake, pero en serio cuando veas una puerta cerrada lárgate.

Jake sonríe.
Chocamos nuestras manos y nos despedimos. Solo me queda encontrar a Maggie.

Camino rápido y emocionado por los largos pasillos de la casa de Jake. ¿Dónde cojones se ha metido?
La adrenalina se me está subiendo a la cabeza. Corro por todos lados. Y sin rastros de ella.
 
Salgo a la terraza, ahí fue donde la ví por ultima vez, y para mi sorpresa está, pero no sola. Parece que la mañana va a ser interesante.

jueves, 11 de julio de 2013

Capítulo veinticuatro.






Capítulo veinticuatro.
ANTERIORMENTE.
- Maggie tengo algo que contarte.

Mis ojos se abren como platos. Oh, no. Otra vez no.

Capítulo nuevo.
Harry tuerce la boca y expone una de sus habituales sonrisas traviesas. Humedece sus carnosos labios y clava sus pertubadores ojos verdes en los míos.

Yo no hago más que tragar saliva.

Cómo es posible que un hombre desprenda tanta sensualidad con solo una puta mirada. Es tan abrumador que tengo que apartar la vista.

- Maggie –––– murmura, y con delicadeza acaricia mi cara –––– Solo espero que seas una buena perdedora y no te enfades.

¿Buena perdedora? ¿Pero de qué está hablando?
Arqueo mis cejas en señal de confusión. Y él sonríe divertido ante mi gesto.
Vuelve a acariciar mi cara. Aparta uno de los mechones que tapan mi cuello y lo besa. Siento sus comisuras sobre mi piel y los pelos se me ponen de punta. Da un beso, dos... Oh Dios ya he perdido la cuenta.

- No recuerdas nuestra apuesta, ¿me equivoco? –––– susurra en mi oído.

Harry muerde el lóbulo de mi oreja y yo gimo en silencio. Oh... Harry.

- No deberías ir por ahí haciendo apuestas si después no vas a recordarlas... Eso no está bien, Maggie. No está nada bien...

Ese tono de voz. Ese jodido tono de voz es lo más erótico que he escuchado en mi vida.

Siento como si mi boca se secara, y sus labios están tan cercas de los míos... Oh, Dios.
Harry es sumamente tentador, pero es un plato prohibido, se lo prometí a Briggit. Me lo prometí a mí misma.

- Te dije que nuestra primera vez quería que fuera especial, y tú me contestaste que no aguantaría más de tres días. Y aquí estamos, cinco días después sin haber echo absolutamente nada. Bueno... Por ahora.

Vuelve a moderme el lóbulo de la oreja. Y yo sucumbo a otro gemido.
Harry sonríe pervertido al verme así. Es lo que quería, es lo que había estado planeando todo este tiempo. Esta reconciliación.

Miro a Harry con deseo, lamo mi comisura inferior y agarrando su camisa me aferro a él, a su esbelto  cuerpo. Sus labios rozan los míos y siento un escalofrío por todo mi cuerpo. Nuestra conexión ha vuelto.

Vuelvo a besar sus comisuras con suma suavidad. Saboreándolas.
Harry me agarra con fuerza y me empuja contra él. La fría pared de pronto deja de parecerme tan fría.

Una de sus manos sujeta mi trasero, apretándome contra su cuerpo. Harry posa su boca contra la mía, reclamándome con ansia. Nunca antes me había besado así.

Adentro mi lengua en su boca y formamos una sola. Saboreo con exquisita delicia a Harry, y luego le muerdo su labio inferior. Lo adoro, adoro su forma de besarme.

Enredo mis dedos en su cabello rizado, y me aferro a él con fuerza. Con la respiración entrecortada Harry sonríe, sus sonrisas han dejado de ser dulces y tiernas, ahora se han convertido en eróticas, sensuales y sumamente pervertidas.

- Oh, Maggie, no sabes cuanto he extrañado esto –––– murmura.
- Y yo... –––– susurro jadeando.

Me acerco a su cuello y lo beso. Beso con pasión su piel. La excitación se me sube a la cabeza.
Hoy, hoy va a ser el gran día, o no...

Sin tener tiempo para reaccionar alguien toca la puerta y la abre de par en par.

- ¡Chicos es hora de... Oh...

Oh no. Él no.



Narrado por Harry.
Maggie se esconde detrás de mí como si fuera una niña pequeña jugando al escondite. Está realmente avergonzada, y puedo escuchar perfectamente su respiración entrecortada.
Coge mi mano asustada, la entrelaza con la suya y la pega a su pecho. Su corazón va a mil por hora, y no estoy exagerando.

Sino fuera porque esta situación es realmente tensa me reiría. ¿Qué chica de diecinueve años actúa así al ver a uno de sus exs?

- Lo siento. Solo he venido porque la cena ya está lista, y faltabais vosotros...

Asiento con la cabeza, y durante unos segundos nos miramos con fijeza. 

- Hola, Maggie.

Al escuchar su nombre empieza a temblar, y con lentitud sale de su escondite.

- Hola –––– consigue murmurar casi sin voz.
- Cuanto tiempo.

¿Por qué no deja de intimidarla? ¿Por qué la mira así? ¿Por qué hace como si le preocupara, como si realmente le interesara? 
Miro a mi amigo con dureza. Él voltea su vista y la deposita en la mía. Nunca antes había sido tan tensa y tan cortante nuestra relación.

Maggie nos mira a ambos sin saber que decir. Hasta ella sabe lo incómodo que está siendo todo esto.

- ¿Soy la única que está hambrienta aquí? ¡Vamos a por esa cena! –––– murmura y sale de la habitación.

Camina rápido por el pasillo, y antes de bajar las escaleras me echa una última mirada. Parece... ¿Decepcionada?

- Zayn, para.
- ¿Que pare con qué? Solo he intentado ser amable.
- ¿¡Amable!? No me jodas, te la estabas comiendo con la mirada. Y no voy a permitírtelo. Ella es mía, y te lo repetiré las veces que haga falta para que te quede bien claro.
- Tengamos la fiesta en paz, Harry. Por lo menos este fin de semana.

Él también sale del cuarto.
Es tu amigo Harry, es tu amigo. Respira.

Golpeo la pared un par de veces y resoplo. Maggie tenía razón, no ha sido una buena idea haber venido.



Narrado por Maggie.
Busco asiento observando cuales son las sillas que quedan aún libres. Perfecto, la suerte está de mi parte, me toca sentarme en frente de Perrie y Zayn.

Al llegar muestro una sonrisa forzada, aunque creíble y me siento. Esto va cada vez mejor.

- Hola, Perrie.
- Hola, Maggie.

Sonríe, y vuelve su vista a Zayn. Están cogidos de la mano, como una pareja de enamorados. 

¡Maggie, por el amor de Dios son una pareja de enamorados! Asúmelo.

Me muerdo el labio desesperada. ¿Dónde demonios se ha metido Harry? Solo he venido porque él me lo pidió y ahora... Ahora se escabulle.

- Hola, pecesillo –––– susurra en mi oído.

Resoplo sonriente. Lo miro de reojo y compruebo que él también me está mirando a mí.
Decido olvidar lo sucedido en el cuarto, porque sino tendríamos otra discusión, y estoy harta de esas cosas.

- No tenía ni idea de que estábais juntos. Zayn no me había comentado nada –––– murmura Perrie sonriente. Por más que intento odiarla por todo lo que me hizo con Zayn, se me hace completamente imposible, es increíblemente tierna –––– ¿Qué tal os va todo? ¿Os las apañáis bien?
- Demasiado bien –––– susurra Zayn con un tono de voz casi inaudible.

Al escucharlo me sonrojo. Todavía no me puedo creer que nos pillara en la habitación de aquella manera, bueno ¡menos mal que estábamos vestidos! Santo Dios, hubiese sido el triple de incómodo.

- ¿Has dicho algo? –––– dice Harry con un tono serio.

Yo le doy una patada por debajo de la mesa. Quiero que deje de ser tan grosero, no es culpa de Zayn el echo de que la situación sea incómoda, porque es lógico que lo sea, estuvimos juntos. Si eso la culpa de todo tendría que ser mía, ¿no?

- Todo va sobre ruedas. Maggie es perfecta.

¿Todo va sobre ruedas? ¿En serio? Supongo que estará obviando que se lío con una chica hace unos días.
Harry se acerca a mí y besa mis labios. Me coge tan desprevenida que casi no sé ni como reaccionar.

Zayn también besa a Perrie, y Harry vuelve a besarme. ¿Pero qué demonios es esto?

- ¡Es mi cumpleaños un poco de respeto hacia los solteros! –––– grita Jake desde el otro lado de la mesa.

Todos ríen. Todos menos yo.

- No me encuentro muy bien, disculpadme –––– murmuro y me levanto de la mesa.

Esto se ha acabado.



Narrado por Harry.
Me muerdo el labio superior en un vano intento de calmar toda mi rabia.

- Disculpadme a mí también. Lo siento, Jake.

Me levanto de la silla y voy en busca de Maggie. Es decir, ¿qué cojones me ha pasado? ¿Por qué he reaccionado de esa manera tan infantil?




Narrado por Maggie.
- Maggie... –––– susurra a unos metros de mí.

Me columpio despacio, inhalando con suma tranquilidad el aire limpio del campo.
Contemplo en completo silencio el lago. Es todo realmente precioso, y de noche aún más, estoy segura.
Harry se acerca a mí y se apoya en los palos de madera que agarran el columpio. Siento su intimidante mirada puesta sobre mí.

- Esto se nos está yendo de las manos, Harry.
- Espera, Maggie, no quiero que tomes decisiones precipitadas. Yo te quiero.
- No –––– murmuro con decisión. Y miro directamente los ojos verdes oscuros de Harry –––– No lo haces.
- ¿Pero qué estás diciendo, Maggie? ¿Por qué entonces te iba a pedir que vinieras aquí a solucionar las cosas?
- Pues relacionando los conceptos, es decir, teniendo en cuenta la absurda pelea de besos que acabamos de tener, lo único que me has dado a entender es que me has traído aquí para que Zayn viera que no estás solo, y no porque tuvieras muchas ganas de solucionar lo nuestro.
- Eso es una gilipollez, Maggie.
- ¿¡Una gilipollez!? ¡Una gilipollez es que yo aún siga aquí! –––– alzo el tono de voz. La rabia me está consumiendo.

Me levanto y voy hacia él enfadada y decidida. Él se queda inmóvil observando mis movimientos.

- Harry no voy a hacer la próxima chica a la que le rompas el corazón. No voy a permitir que me trates como a las otras, como un puto objeto. Porque...

Harry se acerca a mí sin darme tiempo a reaccionar, ni siquiera a terminar la frase, posa sus manos sobre mi rostro y me besa.
Siento sus dulces comisuras sobre las mías. Y yo le beso con más intensidad. Joder como necesitaba algo así.

- Harry... –––– susurro jadeando a centímetros de su boca –––– Eres un capullo.

Sonrío, él también lo hace.

- Esto no es una competición, Harry. Besarme delante de Zayn no te va a ser más hombre, sino más gilipollas. Así que por favor, déjalo. Si quieres demostrarme algo, demuéstramelo a mí, a nadie más.
- Estás preciosa.
- ¡Harry!

Y vuelve a besarme.

- ¿Tienes hambre? –––– murmuro.
- Sí, pero no precisamente de comida.

Sonrío traviesa. Creo que sé perfectamente como saciar ese hambre.