lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo veinte.




Capítulo veinte.
ANTERIORMENTE.
- Ya que lo dices... –––– murmura.

En sus ojos se puede percibir la malicia de sus intenciones. Oh, Harry pagaría todo el oro del mundo por saber qué estás pensando ahora mismo.


Capítulo nuevo.
Narrado por Harry.
- Oh, vamos, Maggie. Tampoco te estoy pidiendo nada del otro mundo.
- ¿No te das cuenta de lo incómodo que podría ser? 

Maggie resopla. No para de moverse de un lado para el otro, nerviosa.

- Ya no es porque tenga que ver a mi jefe todo el fin de semana, no es solo por eso, Harry –––– murmura –––– Es por Zayn...
- ¿Sigues sintiendo algo por él? –––– pregunto con timidez. Sé perfectamente que va a decir que no, pero en el fondo siento como sino fuera del todo cierto. Como si todavía quedara algo de esa relación.
- ¡Por supuesto que no! ¿Cómo te atreves a preguntarme eso? No lo entiendo Harry, de verdad.

Maggie está molesta, muy molesta. Creo que incluso ofendida.

- Solo era una pregunta.
- Es como si yo te preguntara si te sigue gustando alguna de tus amiguitas.
- Yo no tengo amiguitas.

Maggie incrusta su mirada penetrante en la mía. Si las miradas matasen yo ya hubiese estado más que muerto.

- Tenías amiguitas.
- Tenía. En el pasado. Pero no puede molestarte el echo de haberlas tenido. Tú también tenías amiguitos, Maggie.
- No quiero entrar en eso, porque no es el tema Harry. No estaba hablando de eso.
- No. Hablábamos de Zayn.

Maggie resopla enfurecida y se da la vuelta.

- Demuéstrame que entre ustedes ya no queda nada. Vente conmigo, lo pasaremos bien.

No me contesta. Pone sus manos en jarras y sigue dándome la espalda.

Yo me levanto y voy hacia ella. Pongo mis manos sobre su cintura, y mi cabeza sobre su hombro.
Beso con suavidad su cuello, y veo de reojo como Maggie expone una sonrisilla.

- ¿Estás enfadada?
- Siempre consigues que me enfade contigo por tonterías, Harry.
- Es un don.
- Eres incorregible.

Vuelvo a besar su cuello. Huele dulce, me encanta.

- ¿Me das un beso? –––– susurro.

Ella niega con la cabeza como si fuera una niña pequeña.

Yo la agarro con más fuerza, y la pego a mí. Entrelazo su mano con la mía y Maggie sonríe.

- Un beso de despedida, por favor...
- ¿Ya te vas? –––– susurra.
- No creo que Jake te deje cogerte la tarde libre, ni tampoco me dejará quedarme aquí contigo. No sería muy profesional.
- Es decir, que yo tengo que ir a su fiestesilla de cumpleaños. Todo un fin de semana, en su casa del campo, con uno de mis ex-novios y mi nuevo novio, en una situación increíblemente incómoda y él no me puede dar una puta tarde libre. Magnífico.
- No seas así, Maggie.
- ¿Así cómo, Harry?

Me separo de su cuerpo unos centímetros. Con mi mano hago que de la vuelta y que se que encuentre en frente de mí.

- Tan antipática y antisocial.
- ¿Yo? ¿Antipática? ¿Pero qué cojon...

Y la beso.
Poso mis manos sobre su rostro, y dejo que nuestras lenguas hagan su trabajo.
Ella muerde mi labio inferior, y vuelve a besarme.

Me encantan sus besos, sus comisuras, cuando me muerde, cuando me toca, cuando me abraza, me encanta todo. Me encanta Maggie.




Narrado por Maggie.
Solo han pasado treinta minutos desde que Harry se marchó y ya lo echo muchísimo de menos. Tengo una sensación en el pecho que me abruma. Es como si me faltara algo necesario para vivir.
Que cursi eres Maggie, estás empezando a parecerte a Harry con todas esas frases románticas.

Pero es que es cierto. Siento como si estuviera incompleta sin su presencia.

Un "bip" suena desde el fondo de mi bolso. Es mi móvil.
Miro a mis alrededores, Jake parece no haber llegado. Que raro.

Bueno da igual, tengo tiempo de sobra para saber si es Harry el que me ha mandado un mensaje.


Harry.
Mensaje de texto.
17/12/12 17:01
"Señorita Maggie, ¿cómo va la tarde sin mí?"

Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 17:03
"Lenta... Demasiado lenta. Apropósito esta noche tengo una sorpresa para ti. ¿Qué te parece si me vienes a buscar sobre las ocho?"

Harry.
Mensaje de texto.
17/12/12 17:06
"Maggie no creo que esta noche pueda ir a verte."

Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 17:08
"Está bien... Pues ya nos veremos mañana supongo."


Todo esto me suena muy raro. Intento no darle mucha importancia, pero es que ni siquiera me llega un nuevo mensaje de Harry. Él es el que siempre da la última palabra... Espero que no le pase nada grave.

- Buenas tardes, Maggie. ¿Ha sido provechosa la comida?
- Jake...

Guardo mi móvil en el primer cajón de la mesa. Nunca le ha parecido bien que lo utilice mientras estoy en la oficina.

- Era un broma, Stewart. Harry es un buen tío, tienes suerte de estar con él.

¿Suerte de estar con él? Eso es nuevo.

- Si usted lo dice.
- De verdad. Creo que esta vez va en serio. No sé lo que le has echo, pero lo veo como más... Centrado.

¿No es demasiado evidente lo incómoda que es esta situación, Jake? ¿No lo es?
Sonrío intentando no contestar a nada relacionado con Harry.

- Bueno, bien. Quiero que rellenes los diez formularios que no rellenaste en la comida y que se lo mandes a Jaqueline antes de las siete.
- Por supuesto, ¿alguna cosa más?
- Sí, que dejes de mensajearte con tu novio mientras estás trabajando.

Al escuchar ese comentario mi cara se vuelve completamente roja.
Jake, te odio.

- Alegra esa cara, Stewart. Queda mucho día por delante.

Sonrío de oreja a oreja. Es la sonrisa más forzada que he echo en mi vida.

Por fin sale del maldito despacho. No creo que pueda estar todo un fin de semana aguantando sus estupideces, por mucho que Harry me lo suplique.




Narrado por Harry.
- Tengo que avisar a Eleanor.
- Y yo a Danielle.
- ¡Yo a Perrie!
- Yo a nadie que triste... –––– susurra Niall y le da un trago a su bebida.
- Puedes avisarme a mí Niall –––– murmuro con una sonrisa.
- Que marica puedes llegar a ser a veces. ¿Qué pasa que tu nueva novia no deja que le des lo suyo o qué?
- No hables así de ella.

Todos se quedan inmóviles mirándome. Dejan sus teléfonos a un lado y me miran.

- Me vas a decir que todavía no... –––– murmura Louis.
- No –––– susurro avergonzado –––– No tengo prisa por hacerlo.

Los chicos se miran entre ellos sin llegar a creerse lo que están pronunciando mis labios.
Me recuesto en el sillón y cambio de canal.

- Harry, esto es preocupante.
- Dejadlo ya.
- Harry se ha vuelto todo un romántico.

Cojo todos los cojines que están a mi alrededor y empiezo a lanzarlos de uno en uno a cada uno de mis amigos.

- Ella es especial, ¿vale? No sé por qué, pero lo es. Para una tía que realmente merece la pena, no quiero cagarla.
- ¿Y cuándo...?
- ¡Dejadlo! –––– grito –––– No os contaré nada más sobre Maggie.
- ¿Maggie? –––– murmura Niall y mira a Zayn –––– ¿Esa Maggie?
- No quiero hablar sobre ella. Ya está bien. ¿No nos íbamos a quedar toda la noche componiendo canciones? Pues venga, empezad a pensar.

Me levanto del sillón y voy hacia otro lado. No sé realmente donde, pero quiero desaparecer.




Narrado por Maggie.
Por fin en casa. Son casi las diez de la noche, pero ya he acabado todo mi trabajo. Espero que mañana sea un día menos movidito.

Dejo los tacones en la entrada.

- ¿Briggit?
- ¡Maggie! ¿Dónde estabas? Te he llamado, pero...
- Me he quedado sin batería y Jake...
- Ese tío es un imbécil. Siempre te hace lo mismo, yo creo que le gustas que por eso lo hace. Para quedarse más tiempo contigo.
- Es amigo de Harry, no digas boberías.

Entro en la cocina y saco una copa. Luego busco el vino que mi padre me había regalado las navidades pasadas.
Me pongo una copa y disfruto de uno de los mejores vinos del mundo.

Doy unos pasos con la copa en la mano buscando a mi amiga por el apartamento.

- ¿Esta noche sales? –––– pregunto mientras entro en su habitación.
- Creo que iré al bar. Necesito despejarme. ¿Te vienes?
- Creo que paso.

Briggit posa su mirada sobre mí. Está sorprendida, incluso yo lo estoy.
Pero de verdad, que no tengo ni las más mínimas ganas de salir. Simplemente quiero dormir, y que Harry me llame para saber dónde está y cómo está.

- Te divertirás sin mí.
- No será lo mismo –––– murmura.
- Sé perfectamente que es mentira. Cuando vas sola siempre ligas más.
- No iré sola. He quedado con un antiguo amigo del instituto que ha venido a Londres a pasar unos días.

Sonrío, sé de quien me habla y también sé cuantas ganas tiene de volver a reencotrarse con su amigo.
Salgo de su habitación, termino de beberme la copa de vino y la dejo en el fregadero.

Dejo todas mis cosas en mi cuarto. Me doy una ducha rápida y me pongo el pijama más cómodo que encuentro. Es largo y calentito. Hoy hace mucho frío, se nota que estamos en Diciembre.

- Buenas noches, Maggie –––– grita Briggit desde el salón –––– Te quiero.
- Y yo –––– murmuro.

Quito los cojines de mi cama, aparto la sábana y me recuesto sobre ella. Está fría y eso me encanta.


Escucho un ruido proveniente del salón. Miro el reloj que hay en mi mesilla, son las tres y media de la mañana.
Cierro los ojos pensando que es Briggit, no puede ser ninguna otra persona.

Oigo como la puerta de mi habitación se abre.
Por un momento pienso que a lo mejor no es Briggit, y me asusto. 
Mi corazón va a mil por hora.

Y de pronto siento una mano sobre mi brazo. Pero qué demonios...


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