Capítulo quince.
ANTERIORMENTE.
Harry se separa unos pocos centímetros, me mira y yo sonrío. Somos cómplices de lo que vamos a hacer.
- ¿Estás segura de que quieres...?
- Vamos.
Capítulo nuevo.
Harry agarra con fuerza mi mano, como sino quisiera que me escapara, como si... Estuviera asustado.
- No quiero presionarte, Maggie. No quiero... Ir rápido y que esto se acabe.
Sonrío con ternura ante sus palabras.
Me acerco a él tímida. Rozo con suavidad sus sonrojadas mejillas y hago que Harry también exponga una minúscula sonrisa, dejando a relucir esos hoyuelos tan sumamente preciosos que tiene.
- Harry...
Me pongo de puntillas, para estar a su altura y clavo mis ojos en los suyos. Aproximo mis labios a los suyos y sonrío de nuevo.
- No me puedo creer que estés nervioso por esto.
- No... No lo estoy –––– dice mientras frunce el ceño.
- El gran Harry Styles, está nervioso por acostarse conmigo –––– me rió al observar su cara, está sonrojado.
- He dicho que no lo estoy –––– susurra y me mira. Su perturbadora mirada entra en lo más profundo de mí.
En ese momento me acerca a él de golpe, posa sus manos sobre mi espalda y recorre cada parte de ella. Su cuerpo está totalmente pegado al mío, y eso me gusta.
Observo sus deliciosos labios. Seguidamente su cuello. Y por último su camisa. Esa tentadora camisa blanca de botones desabrochados, que dejan ver su exuberante torso desnudo.
Harry me mira sonriente, y debo decir que su sonrisa maliciosa es una de las cosas más sexis de este universo. Pasa su lengua por su comisura inferior, y en ese momento mi boca se hace agua.
- Si lo estás –––– susurro intentando no jadear.
Harry aparta unos mechones de mi oreja, y se acerca a ella.
- No más que tú –––– susurra en mi oído. Y todo mi cuerpo se hiela.
Ese susurro recorre mi cuerpo. Harry junta nuestras manos, las entrelazas, y muerde el lóvulo de mi oreja. Dios, mío. No, por favor, Harry.
- No estás jugando limpio –––– digo con un hilo de voz.
- No me gusta jugar limpio.
Harry situa su cara en frente de la mía. Sonríe, y besa con suma lentitud mi cuello. Una, dos, tres... He perdido la cuenta. Ya no puedo pensar con claridad, no es justo.
Ahora mismo solo soy un cúmulo de sensaciones completamente inaguantables que tienen que ser saciadas de inmediato.
Siento otro beso en mi cuello, otro más abajo, otro en mi hombro, otro en la parte superior de mi brazo. Y ya estoy completamente perdida.
- Maggie, no olvides respirar...
En otra ocasión hubiese reaccionado al instante, pero ahora no estaba siendo yo misma así que no podía esperar nada de mí.
Suelto mi mano de la suya, e intento pegarle en el hombro, pero en ese momento Harry capta mi mano. Se acerca a mí con rapidez, coge con sus manos mis piernas haciendo que yo las enrede alrededor de su cintura, y así lo hago.
Siento sus labios sobre los míos. Me besa con fuerza, y eso me gusta. Muerdo su labio inferior, y él sonríe.
Vuelvo a posar mis comisuras sobre las suyas. Y adentro mi lengua en su boca, sabe sumamente exquisito. Sabe a Harry.
Harry me sujeta con más fuerza, y pone sus manos sobre mi trasero.
Camina unos metros y me posa sobre la encimera de la cocina, está helada, pero no me importa en absoluto. Separo mis piernas, y él pone sus manos sobre ellas.
Beso con delicadeza el cuello de Harry. Dios mío.
Le muerdo, y él jadea.
- Maggie...
- Dime...
Vuelvo a morderle, y Harry se pierde. Jadea, suspira, y vuelve a jadear.
Y justo en ese momento, alguien toca en la puerta de la cocina.
- ¿Chicos se puede? –––– Niall, toca dos veces la puerta.
- Harry para, para... –––– susurro.
Harry se aparta de mí unos centímetros y a regañadientes susurra algo que no consigo descifrar.
- Pasa, Niall –––– digo y me muerdo el labio inferior.
- Maldito Niall... –––– susurra –––– ¿Por qué cojones ha tenido que molestar ahora?
- Harry, por favor.
Niall entra sin camisa por la puerta de la cocina, y Harry al verlo mira hacia mí. Como sino quisiera que le mirara. Yo sonrío, aunque sinceramente lo único que quiero hacer es matarlo por habernos interrumpido.
- ¿¡Habéis desayunado sin mí!?
- Niall, tío...
- Estábamos a punto de llamarte para que vinieras a desayunar.
Me bajo de la encimera, y voy hacia Harry en busca de sus brazos. Está molesto, muy molesto. Creo que la palabra adecuada es impotente. Y aunque yo también lo esté, no me lo tomo tan mal.
Rodeo a Harry con mis brazos y él autómaticamente sonríe. Eso hace que me sienta mejor.
- Después no te vas a escapar, pequeña... –––– susurra en mi oído.
- No te preocupes, tampoco pensaba hacerlo.
De repente no veo a Niall ¿dónde cojones se ha metido?
- Niall, ¡pónte una camisa! No quiero que vayas así estando Maggie aquí –––– ya estaba tardando en decirle algo sobre su vestimenta.
Ahora sí lo veo. Está en la mesa, devorando las tostadas que han sobrado. ¿Pero cuántas se ha comido? ¿Tres? ¿Cuatro?
- Harry, no seas idiota. No pasa nada.
- No lo soy. ¿A ti te gustaría que alguna amiga tuya andara sin camisa delante de mí?
- No es lo mismo.
- ¿Ah no? Explícame por qué.
¿Por qué de repente la conversación se ha puesto tan seria?
- Dejémoslo.
Niall nos observa durantes unos segundos.
- Voy a ponerme una camisa, pero no porque tú me lo digas, sino porque tengo frío.
Se toma un vaso de zumo, y sale de la cocina.
- Eso ha estado mal. Yo no lo estaba mi...
Y me besa con fuerza.
- ¡Harry!
- ¡No es mi culpa! Son tus labios que no paran de llamarme.
- Si ya...
- Es cier...
Lo cojo por la camisa, lo acerco a mis labios y lo beso.
- Bueno... ¿Por dónde íbamos?
- Estabas discutiendo conmigo porque tu amigo no tenía la camisa puesta.
Harry vuelve a besarme el cuello, creo que no quiere retomar el tema.
- ¡Ya está! ¿Te gusta? Porque es tuya.
Harry se apoya sobre mi hombro y suspira. Hoy no es nuestro día.
Se da la vuelta y ve a su amigo que con una sonrisa en la cara va en busca de más comida.
- Maggie, será mejor que vayamos arriba.
- Ah, ¿he interrumpido algo? ¿Tal vés el polvo mañanero?
Mi cara en cuestión de milésimas de segundos se vuelve roja.
- Sí, me lo has jodido. Dos veces. ¿Sabes lo que significa eso? Que has entrado en mi lista negra.
Tierra trágame.
- ¿Acaso tienes una lista negra?
- Sí, y tú vas el primero.
- Por curiosidad ¿quién es el segundo?
Harry se acerca a él y empiezan a discutir sobre quién debería encadenar la lista negra de Harry.
Yo suspiro, los dejo solos y empiezo a curiosear por la casa. Es grande, demasiado grande para Harry. Tiene como cinco habitaciones, y unos seis baños ¿en qué casa hay más baños que habitaciones?
Trato de explicarme el por qué de ésto mientras voy hacia la habitación donde había dejado mis cosas.
A paso lento entro en ella. Hay una sudadera de Harry en el suelo, la cojo y la huelo. Huele a su colonia.
Sonrío y me la pongo, hace bastante frío.
Ahora mismo huelo a Harry, y eso me encanta. Me recuesto sobre la cama, y lo último que recuerdo es que eran las doce de la mañana.
- Pequeña...
Siento un dulce beso sobre mi cuello. Abro un ojo, y vuelvo a cerrarlo.
- Despierta... Dormilona...
Y vuelve a besarme. Abro completamente los ojos, todavía adormilada, pero al ver que los de Harry están clavados en los míos me despierto del golpe. No hay otra cosa que me guste más que contemplarlo.
Lo observo. Está vestido para una ocasión especial, a saber qué tiene entre manos.
- Te he echado de menos.
- Ya se ve...
- Es cierto. No quise entrometerme, estabas hablando con Niall... Y...
Y me besa.
- ¿Puedo preguntar por qué vas tan sexy?
- Porque está noche tenemos planes.
- ¿Desde cuándo?
- Desde ahora. Vístete.
- Yo... No tengo ropa, tendría que ir a mi casa.
Él sonríe. Parece que me oculta información y eso no me gusta nada.
- Maggie, ya he pensado en eso.
Narrado por Zayn.
Miro el reloj nervioso. La fiesta ya ha empezado y todavía no hemos llegado.
- Zayn, relájate.
Suspiro, y vuelvo a mirar el reloj. Nueve menos cuarto de la noche. Llegamos cuarenta y cinco minutos tarde.
- Mírame –––– susurra, mientras coge mi cara y la gira hacia la suya –––– ¿Se puede saber por qué estás tan nervioso?
Perrie clava sus ojos azules en los míos en busca de una respuesta que obviamente no le voy a dar.
¿Qué por qué estaba tan nervioso? Porque hoy, después de tantos meses sin saber absolutamente nada de ella, iba a volver a ver a Maggie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario