lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo seis.




Capítulo seis.
ANTERIORMENTE.
Mi corazón está latiendo a mil por hora. Oh, Dios, mío. Bajo de mi cama con mucho cuidado, sin hacer apenas ruidos y me asomo por la ventana. Tengo la bilis en la garganta. Está... Abajo.


Capítulo nuevo.
No... Puede... Ser.
Vuelvo a echar un breve vistazo y me parto enseguida. Está ahí, está realmente ahí. 
Una pequeña risa invade mi cuerpo, me siento eufórica, y no puedo dejar de sonreír. Nunca antes me habían echo esto, venir de madrugada a mi casa para pasar más tiempo conmigo. Y debo decir que podría acostumbrarme perfectamente.

Sé perfectamente que estoy jugando con fuego y que mi único objetivo es enamorarlo, pero no me importa, es más estoy pensando en abandonar la apuesta y dejarme llevar por mis sentimientos. No sé como le sentaría eso a Briggit... Aunque tampoco sé como me sentaría a mí. 
No quiero pasarlo mal, no quiero volver a ser esa niña inocente a la que siempre herían cruelmente.

Dejo mis pensamientos a un lado y noto con mi ojos se iluminan con un brillo especial, un brillo que solo ha conseguido sacar Harry Styles. Raro, pero cierto.

Harry.
Mensaje de texto.
08/12/12 00:21
"¿Me vas a hacer subir y traerte aquí a rastras?".

Me arreglo un poco, me miro al espejo durante unos míseros segundos, estoy bastante bien.
Bajo los peldaños, uno a uno, a su encuentro.

- Maggie...

Sus abrumadores ojos verdes penetran en los míos. Yo solo puedo mirar a sus tentadores labios, deseo tanto que me bese. Pero el único tacto que sienten mis comisuras es el de mi lengua, humedeciéndolas.

- Ya pensé que me dejarías aquí, solo, durante toda la noche.
- No puedo negar que la idea no haya pasado por mi cabeza –––– sonrío y me sonrojo al comprobar que sigue mirándome fijamente.

Agacho mi rostro avergonzada por lo que acaba de pasarme, inspiro intentando tranquilizarme y vuelvo a mirarle. Está vez conteniendo todos mis nervios.

- Pero he pensando que una copa más no le hace daño a nadie... Y más si la pagas tú.

Avanzo unos cuantos pasos decidida, y me pongo frente a su coche. Vuelvo mi cabeza y lo miro con algo de seriedad.
Está sumamente hermoso, podría estar todo el día así, contemplándolo.

- ¿Vamos?

Asiente sin decir una sola palabra y se adentra en el coche.

El paseo se me hace realmente corto, cuando llegamos Harry me abre la puerta del coche y unos segundos después la de la entrada del bar.
Nada más entrar diviso como más de tres hombres tienen su sucia vista posada en mi cuerpo. Un escalofrío recorre mi cuerpo.

- ¿Estás bien? 
- Sí... Si –––– miento.

Nunca antes me había parado a pensar lo realmente asqueroso que resulta que los hombres, sobretodo los que son mucho mayores que yo, te follen con la mirada. Porque es así como me siento ante su intimidante mirada... Follada con brusquedad.
Unas leves nauseas me invaden. Respiro profundamente y gracias a Dios, poco a poco, se van yendo esas horribles ganas de vomitar.
Sus voz ronca interrumpe afortunadamente mis pensamientos.

- ¿Qué te apetece tomar?
- Octava regla. Pagas tú, decides tú.
- ¿En qué reglamento está eso escrito? –––– dice divertido ante mi contestación.
- En el reglamento de Maggie.
- Y por curiosidad... ¿Cuál es la primera norma de ese reglamento?
- Quizás algún día te la diga –––– digo vacilante –––– Quizás.

Ambos sonreímos. Y mientras Harry va pidiendo las respectivas copas, yo cojo el móvil y leo un mensaje que me acaba de entrar. Es... Briggit.



Narrado por Harry.
Espero que Maggie no note lo nervioso que me pone su presencia.
La miro de reojo. Está centrada leyendo algo que le acaba de llegar al móvil, un mensaje será, no sé.
Incluso así me parece uno de los seres más bonitos que he visto en mi vida.

Las copas llegan y yo le doy un trago a la mía, mirándola todavía de reojo.
Me encantaría apartarle el mechón que le cae por delante de su rostro... ¿Pero qué coño estoy diciendo?
Sin darme cuenta niego con la cabeza y le doy un trago a mi copa, haciendo como si ese comentario nunca hubiese pasado por mi cabeza.

- ¿Me disculpas? –––– dice con una voz tan dulce que hace que me estremezca.
- Oh, sí, por supuesto.

¿A dónde irá? ¿Al lavabo? ¿A llamar por teléfono? ¿Se va a ir?
Me encojo de hombros al pensar en esta última opción. Ella no sería capaz de hacerlo... ¿O sí? Solo he pasado dos días con ella, no lo sabría decir con precisión. Lo que me recuerda que solo me quedan dieciocho días. Me rasco la nuca nervioso.


Es la tercera copa que pido. Y sigue sin aparecer.
Aparto la vista de la copa y miro a mi alrededor en su busca.
Hay unos cuantos hombres en busca de presas nuevas que cazar, unas chicas esperando a ser cazadas, tres chicas en la pista bailando con sus respectivos amantes, una pareja besándose a pocos metros de la entrada, otra hablando un poco más lejos... Y ahí está ella.
¿Qué hace Maggie tonteando con otro chico?



Narrado por Maggie.
- Me alegro mucho de haberte visto, Maggie.
- Lo mismo digo.
- Podríamos tomarnos una copa y recuperar el tiempo perdido...

Pongo mala cara, ¿que insinúa?

- Como la última vez.

Pálida, así me he quedado después de escuchar sus palabras, recordando aquel momento horrorizada.

- Yo...

No sé que contestar, me falta aire y creo que es el momento de irme.

- Perdona –––– oigo un hilo de voz que reconozco.

En seguida sé de quien se trata. Con una sonrisa de oreja a oreja se acerca a nosotros, me rodea con sus brazos la cintura y con un movimiento rápido me empuja hacia su cuerpo y siento sus cálidos labios sobre los míos. Su lengua recorre cada uno de los rincones de mi boca, y para dejarme más aturdida de lo que ya me encuentro, me muerde la comisura inferior y se aparta con lentitud. Haciendo que mi cuerpo explote en mil sensaciones distintas y todas ellas placenteras.
Dios mío... No tengo palabras.

- Creo que es hora de marcharnos, Maggie.

Asiento casi sin aliento.
Harry me da la mano y con una sonrisa de satisfacción plena mira al que era mi acompañante, coge nuestros abrigos y hace que salgamos del bar, juntos.

- ¿A qué... Ha venido... Eso? 

Se para repentinamente a unos pocos metros del coche.

- Que tonteen con chicos delante de mí nunca lo he llevado muy bien –––– me encojo de hombros molesta. Yo no estaba ligando con nadie –––– Por lo menos quería demostrarte lo que te perderías si te hubieras ido con él.
- No quería irme con él. No sé por qué has pensado eso. Solo era un viejo amigo, solo eso.
- ¿Y de qué se supone que has estado hablando todo este tiempo mientras yo estaba solo en la barra?

Me callo e intento pensar en lo que voy a decir. Si se ha puesto así por solo verme hablar con él, no quiero saber como reaccionaría si supiera de que trataba nuestra conversación.
Seguimos caminando hasta su coche.

- Me gustaría que me respondieras, sino es molestia.
- Anécdotas sobre cuando estábamos en el instituto y esas cosas... Nada del otro mundo –––– miento.

Harry me vuelve a mirar con esos ojos verdes que hacen que todo mi cuerpo se tense.

- Me estás mintiendo. Pero, ¿sabes qué? Me da igual porque solo quiero besarte, acariciarte y hacerte mía una y otra vez –––– suelta dejándome helada.


    No hay comentarios:

    Publicar un comentario