Capítulo diecinueve.
ANTERIORMENTE.
Me acerco a él y sonrío. Me encuentro a menos de un centímetro de sus labios.
- ¿Si te beso lo haremos y me dejarás ganar?
- No –––– susurra y se ríe.
- Pues entonces... –––– me humedezco el labio inferior –––– Te has quedado sin beso.
Capítulo nuevo.
El despertador retumba en mis oídos. Y eso solo puede significar que... Ya es Lunes.
Me levanto sin apenas ganas, bostezo y entro al baño. Tengo una cara espantosa. Dios. Anoche nos acostamos demasiado tarde, y eso que no hicimos nada... Aunque no creo que tarde mucho tiempo en pasar algo.
Una pequeña sonrisa aparece repentinamente en mi rostro. No puedo creerme que haya vuelto a hacer una apuesta.
Abro el chorro y dejo que el agua fría como el hielo salga desde ahí. Pongo las manos debajo y al instante las quito. Dios. Está helada. Ruedo el manillar hacia el lado de agua caliente, y la pongo más o menos templada. Me pongo jabón y me lavo la cara. Necesito despejarme.
- ¡Maggie!
No contesto prefiero que piense que aún estoy dormida.
- Maggie sé que estás en el baño –––– susurra Briggit –––– ¿Qué cojones hace él aquí?
Sonrío de oreja a oreja y salgo del baño, sin responder a su pregunta. Doy unos pasos más y ya estoy en el salón. Echo una breve mirada de reojo. Está durmiendo en el sofá, parece un auténtico angelito.
- Vas a despertarlo, Briggit –––– murmuro.
- Eso pretendo... No entiendo qué hace aquí.
- Voy a vestirme. Y no grites.
Sirvo el café en la taza más grande que he encontrado. Necesito energía para comenzar el día, sobretodo si trabajo con una persona como Jake.
- Maggie –––– susurra –––– Entiendo que no quisieras seguir adelante con la apuesta, que te gustara Harry de verdad y que ahora estés con él. Pero mi norma de no traer al mismo chico más de una noche al apartamento sigue en pie. Es mi piso. Son mis normas. No lo quiero ver más por aquí.
- Briggit yo te pago un alquiler, creo que tengo derecho a traerlo. Y, aparte, míralo –––– murmuro mirando hacia Harry –––– Es adorable, ¿cómo lo vas a echar?
- No quiero problemas, Maggie. Ya cedí una vez y mira como salió todo.
Otra vez con el tema de Zayn, creo que nunca se va a poder olvidar de él y de todo lo que sucedió.
Pongo la taza dentro del lavavajillas y resoplo.
Me apoyo sobre la mesa de la cocina. Necesito buscar un lapiz y un papel. Tengo una idea.
- Maggie, dentro de diez minutos tráeme los papeles de la señora Wilson. Ha venido desde Seattle sólo y exclusivamente por esta reunión todo tiene que salir a la perfección.
- Sí, todo saldrá bien. Ya me pongo a buscarlos.
Cuando sale del despacho le hago una mueca. Este tío me pone de los nervios. Lleva toda la mañana llevándome de un lado para otro.
Pongo la contraseña en el ordenador, y busco lo que me ha pedido.
De pronto suena mi móvil, otra vez. No ha parado de sonar en toda la mañana, pero es que no he tenido ni un minuto para leer los mensajes. Y si son de...
A la mierda. Dejo el teclado a un lado y cojo el móvil de mi bolso.
Briggit.
Mensaje de texto.
17/12/12 10:20
"Cuando tengas un minuto para hablar con tu amiga y tomarte un capucchino. Llámame."
James.
Mensaje de texto.
17/12/12
"Maggie, te echo de menos. ¿Cuándo podremos volver a vernos? xx."
Resoplo.
Hace semanas que no sé nada de él, pero tampoco quiero saberlo. Creo que James fue el último chico con el que estuve antes de empezar a salir con Harry.
No sé si contestarle. Lo pienso durante unos segundos y finalmente decido responderle.
Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 11:49
"Hola, James. Ahora estoy liada, ya sabes, mi trabajo es un continuo estrés. Cuando tenga un hueco te aviso."
¿Lo envío? ¿Estaré coqueteando con él? ¿Y si Harry se enfada?
No sé que hacer.
Lo guardo en el borrador. Tengo todo el día para pensar si lo hago.
Creo que es la mejor opción. Por ahora quiero seguir leyendo mensajes.
Harry.
Mensaje de texto.
17/12/12 12:01
"Buenos días, pececillo. He leído tu nota."
Sonrío y le contesto de inmediato.
Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:08
"¿Y bien? ¿Tienes algo que decir al respecto? PD: no me llames pececillo. No es especial. Como se nota que eres demasiado típico en las relaciones."
Harry.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:10
"Sí, se me han ocurrido un par de ideas. La primera es que os prepararé la mejor comida del mundo. Así que se vaya preparando tu compañera de piso para chuparse los dedos, estoy seguro de que la enamoraré con mi suculenta comida, y con mis fabulosos encantos. PD1: ¿está de buen humor esta mañana o son cosas mías, señorita Maggie? PD2: No se ponga celosa. Hay Harry suficiente para las dos."
Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:11
"¿Puedo objetar acerca de tus encantos? No creo que sean tan fabulosos. PD1: la verdad es que hasta hace unos minutos estaba bastante ocupada como para definir mi estado de ánimo. PD2: No estoy celosa."
Sí, si lo estoy. Y algo enfadada además. No tenía que haberle puesto esa nota. "Tienes que hacer algo para caerle mejor a mi compañera de piso, o sino tendrás que buscarte otro sitio donde dormir."
Soy idiota.
Ahora sí que voy a contestarle a James. Borro el mensaje que tenía en borradores y reescribo uno aún mejor.
Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:14
"Hola, James. ¡Hace muchísimo que no hablamos! En cuanto tenga un rato libre te dejo que me invites a un café."
Toma esa, Styles. Para que veas que yo también sé manejar mis encantos.
Harry.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:14
"Maggie no te enfades."
Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:16
"Ya es tarde. PD: Voy a comer fuera. Pásatelo bien con Briggit."
Harry.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:17
"¿Comer fuera? ¿Con quién?"
Maggie.
Mensaje de texto.
17/12/12 13:17
"Estoy trabajando ya hablamos."
Resoplo. Sé que me he puesto muy borde, incluso creo que me he pasado. Pero no quiero seguir con este juego. Acabará mal, y la única afectada seré yo.
Ahora no sé donde voy a comer, supongo que me quedaré en la oficina. Y tengo que aclararle a James que estoy con alguien. No quiero que sufra. Él no se lo merece, es un buen chico.
- Maggie, vamos. La reunión está apunto de empezar.
¿Podría llamar a la puerta alguna vez?
Vuelvo a resoplar. Me levanto con los papeles y lo sigo hasta la sala de reuniones.
Narrado por Harry.
¿Desde cuándo la conversación se ha vuelto tan seria y tan fría?
Me muevo de un lado para el otro, sin saber bien qué pensar. Y si Maggie va a comer con algún chico... No lo haría. ¿O sí? ¡No, por supuesto que no!
Resoplo.
Miro mi móvil por si tengo algún mensaje pero no veo nada interesante.
Tengo que pensar, necesito una idea.
Voy a la cocina y cojo un poco de chocolate, siempre se piensa mejor después de comer chocolate.
Narrado por Maggie.
Sino fuera por las deudas que tengo que pagar, los tratamientos de mi padre, y lo mucho que me gusta mi apartamento mandaría este trabajo a la mierda. De verdad.
Jake se ha puesto muy pesado. Que si papeles para arriba, que si archivos para abajo, que si correos para la empresa de EEUU, que si cafés... Estoy agotada y eso que solo estamos a Lunes.
- Maggie, ¿tienes planes para comer?
- No... Por ahora no –––– murmuro. No puedo creer que me vaya a tener que quedar para rellenar más formularios.
- Pues ahora sí. En mi despacho hay diez formularios que tienes que enviar lo más rápido que puedas.
- Está... Bien. Ahora mismo voy.
- Por cierto, que aproveche –––– dice y sonríe maliciosamente.
¿"Que aproveche"? Debería matarle.
Me levanto de mi silla. No queda nadie en la planta, y eso sin duda me asusta un poco. No suelo quedarme sola, Briggit siempre me hace compañía pero hoy está comiendo con mi novio.
Mi novio... Que raro suena eso.
Debería pedirle perdón. O no. Bueno sí. He exagerado sus palabras, solo quería ser amable, supongo.
Doy unos pasos y entro en el despacho de Jake. Que raro. No hay formularios por ninguna parte, solo hay una carta, escrita con un permanente negro, que pone "MAGGIE".
"Nunca es tarde cuando de amor se trata, Maggie. PD: Sube a la planta número cuatro, y no, no es una casualidad que sea tu número favorito."
Cómo sabe que es mi número favorito.
Alzo mis cejas.
Sin duda esto es algo nuevo en mi vida. Nunca nadie me había echo un gesto tan cursi como este.
Sonrío de oreja a oreja, no puedo ocultar la felicidad evidente que siento en estos momentos.
Corro hacia el ascensor, que no sé por qué pero me parece que tarda años en llegar, y pongo rumbo a la cuarta planta.
Nada más entrar me encuentro una cinta con un globo violeta, y otra nota.
"Violeta. Tu color favorito. ¿Cierto? Espero que te estés preguntando cómo he echo todo esto y dónde demonios estoy. Sube a la planta seis y lo descubrirás."
Cojo el globo y la nota y subo otras dos plantas más. Hay una tercera nota, acompañada esta vez de un lirio.
"Los lirios son preciosos, ¿verdad? Me apuesto lo que sea a que esta es tu flor favorita. PD: Si descubres cuantas ganas tengo de verte, sabrás donde podré estar."
Pienso unos segundos la respuesta de este pequeño acertijo.
Mierda. Me he quedado en blanco.
Narrado por Harry.
Estoy de los nervios.
La última nota no la dejé del todo clara, ¿y si no la coje? ¿y si...? Dios.
De pronto oigo el chirrido de una puerta vieja abriéndose.
Es ella.
Narrado por Maggie.
Doy un paso hacia adelante y siento sus perturbadores ojos verdes incrustados en los míos.
Mi corazón va a mil por hora. Ninguno de los dos dice nada.
- Maggie...
- Seguro que pensaste que no lo iba a adivinar. La última planta como símbolo de que tenías muchas ganas de verme, bueno o eso creo yo, no lo sé –––– susurro con timidez –––– Sé que este es el momento de... De decir algo con respecto a nuestra discusión –––– me rasco la nuca. Estoy tartamudeando. ¿Qué cojones me pasa? Maggie respira. –––– Pero no sé si podré hacerlo. No sé hacer este tipo de cosas, no estoy acostumbrada, no... No... Yo.... Joder, que difícil –––– suspiro.
Harry sonríe con dulzura y se acerca a mí sin apartar su mirada de la mía.
- Si necesitas ayuda puedes pedírmela.
- No la necesito.
- Está bien –––– murmura y se aproxima más a mí.
Dejo las cosas sobre el suelo y poso una de mis manos sobre mi frente, creo que estoy sudando.
Harry se acerca mucho más a mí. Entrelaza su mano con la mía, y al instante un escalofrío recorre mi cuerpo. Así... Así si que no puedo pensar.
- No te acerques tanto, por favor. Ya me resulta bastante complicado pensar con claridad teniéndote lejos como para hacerlo estando tan cerca de mí.
Pongo nuestras manos en su estómago, en un intento de apartarlo de mí. Pero se queda en vano.
- ¿Le pongo nerviosa, señorita Maggie? Yo pensé que nada ni nadie le ponía nerviosa.
- Yo también soy humana, señor Styles.
- ¿Tan humana como para saber cuándo tiene que pedir perdón?
- No lo creo –––– murmuro con una sonrisa.
- ¿Y bien? –––– susurra y posa su frente sobre la mía.
- Eres terrible. Te encanta verme indefensa.
- Maggie...
- Ya lo sé. Ya lo sé –––– digo en un suspiro –––– Me equivoqué, soy imbécil, no aguanto ninguna broma y no tenía que haberte tratado así. Lo siento.
Harry me mira, me aparta el mechón de pelo que hay sobre mi rostro, posa sus manos sobre mi cuello y con máxima suavidad acerca mi cara a la suya.
Su nariz choca con la mía, y él sonríe. Dios, los hoyuelos que se le forman son terriblemente preciosos.
Sus comisuras rozan levemente las mías. Casi sin tocarse. Intento besarle, pero no me deja, jadeo.
Vuelve a sonreír, y quiero derretirme ante su sonrisa.
- Las reconciliaciones son la mejor parte de las relaciones, ¿no crees? –––– susurra a milímetros de mis labios.
Asiento, sin decir una palabra. No me salen, solo quiero besarle, solo pienso en eso. En él, en sus labios, en sus besos.
- Llevo toda la mañana pensando en qué te iba a decir, en cómo ibas a reaccionar, en cómo te iba a besar...
Deja de hablar Harry por favor.
Harry posa sus labios sobre los míos unos segundos. Me siento tan impotente.
Necesito más, y no puedo. No me deja.
- ¿A qué es horrible cuando quieres más y no puedes avanzar? Pues así me siento yo contigo, Maggie. No me dejas avanzar, nunca me dices qué quieres, qué necesitas, qué sientes.
- Necesito que me dejes besarte ahora mismo, Harry. Lo necesito –––– susurro desde lo más profundo de mi garganta. No me puedo creer que acabe de decir aquello.
Harry me agarra por la cintura y con un leve impulso me sube. Yo rodeo su cintura con mis pies y su cuello con mis brazos.
Él besa mi cuello y yo jadeo aún más.
- Me gustas, Maggie, me gustas mucho.
No sé por qué pero una parte de mi quiere hacer caso omiso a sus palabras. Ahora no es el momento, sin duda no lo es.
Sin que pueda volver a pronunciar ninguna otra frase le beso el cuello, o eso intento. Porque vuelve a apartarme.
Sus manos se posan sobre mi trasero, lo agarran y yo sonrío. Oh, Harry, estás echo todo un travieso.
Sin duda el Harry juguetón es del todo encantador.
Con una de mis manos revuelvo su cabello, me encanta. Ese pelo rizado me vuelve completamente loca. Hundo mi mano entre su cabello y lo agarro, sin hacerle daño.
Tiro de él con suavidad y hago que su rostro mire hacia arriba.
Sus labios se ven sumamente apetecibles.
Me acerco a sus comisuras, y esta vez deja que mi lengua se funda en la suya. Es la sensación más gratificante del mundo.
Harry muerde mis labios, y me besa una y otra vez.
- Maggie, tengo que decirte una cosa.
- Dime –––– digo jadeando.
Vuelvo a besarlo.
- No pienso perder la apuesta.
- ¿Crees que es el momento? ¿En serio?
Harry sonríe, y yo poso mi cabeza sobre su hombro. Lo odio, odio que sea tan competitivo, odio la puesta, ahora mismo lo odio todo.
- Ey, mírame –––– murmura y yo hago caso a su petición, no tengo ganas de replicar.
Harry me da un último beso en mis comisuras y yo sonrío. Intento no hacerlo, pero me es imposible.
- ¿No has escuchado lo que te he dicho antes?
- No... –––– miento –––– ¿Qué has dicho? –––– murmuro con un tono de voz burlón.
Harry agarra con más fuerza mi trasero, y yo vuelvo a poner mi cabeza sobre su hombro, es tan reconfortable.
- Sabes perfectamente lo que he dicho.
- Puede que me haga una ligera idea –––– susurro, y me pego más a su cuello.
Huele tanto a Harry. Su fragancia, esa que la distingue del resto de los hombres del universo, es la fragancia más seductora que he olido nunca.
- ¿Y tú no tienes nada que decir?
- No diré nada hasta que cedas a mis peticiones.
- No cederé a tus peticiones hasta que me lo digas.
- ¿Siempre eres tan orgulloso?
- Sí, señorita Maggie, siempre.
- Sin duda, esta pizza –––– levanto el trozo de pizza que tengo en mi mano –––– Es la mejor pizza que he probado en toda mi vida.
- Cuando las cosas se hacen con cariño quedan deliciosas.
Termino el trozo de pizza que tengo en la boca y respondo a su comentario.
- Odio esa parte romanticona que tienes. Eres...
- ¿Soy?
Durante unos segundos miro a Harry que me observa expectante. Su cara es demasiado graciosa.
- Eres el novio más perfecto del mundo. Eso es repulsivo, porque me haces quedar como una mala novia.
- Eres una mala novia.
- ¡Oye! –––– grito indignada –––– Ya te he pedido perdón ¿qué más quieres que haga?
- Ya que lo dices... –––– murmura.
En sus ojos se puede percibir la malicia de sus intenciones. Oh, Harry pagaría todo el oro del mundo por saber qué estás pensando ahora mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario